Mucho antes de que
el Premio Planeta se travistiera de personajes esperpénticos como Lucía
Etxebarría, Juan Manuel de Prada o Espido Freire, en tiempos que casi nadie ya recuerda,
se reconocían obras de autores que renovaron la literatura española como Concha
Alós o Ángel Vázquez. En esta época de redescubrimientos, pocas novelas merecen
tanto una segunda oportunidad como La vida perra de Juanita Narboni, de
Vázquez.
Concha Alós, por su
parte, murió en 2011 sumida en el olvido más absoluto. Atrás quedó su desafío a
la censura franquista, a la que escandalizaba con referencias a la
homosexualidad, la prostitución, la sexualidad femenina o el aborto. En una sociedad
en la que la mujer figuraba todavía en un segundo plano, Alós, por medio de
literatura descarnada, sin adornos ni florituras, retrataba, como hizo en Las
hogueras, una España casposa y otra que, de manera clandestina, deseaba
salir de las cavernas.
En Las hogueras,
contrapone a dos mujeres, Sibila, una antigua modelo que vive del engañoso
recuerdo de tiempos que cree mejores, y Asunción, maestra que languidece en el
invierno de una isla que cree haber dejado atrás su pasado para lanzarse en
brazos de lo extranjero y el progreso. Sibila y su añoranza del glamour
parisino, Asunción y los sueños rotos de una vida en la que pudiera ser de
verdad amada, son las dos caras de la misma soledad, de la misma amargura. Dos
mujeres que viven en esa tierra de nadie que parece devorar el alma de sus
habitantes.
A lo largo de toda
la lectura está presente una luz tamizada que sume a sus personajes en una
eterna duermevela. Se siente el frío cortante, el fuego, el paso del tiempo y
la sal que estropean las casas de los veraneantes, la madera. Mallorca se
convierte en Sicilia, en Nápoles, en el plató perfecto para el neorrealismo.
Lejos de
amedrentarse, Alós, una vez más, descubre a una sociedad ignorante la realidad
de los problemas femeninos y habla de lo primario, del sexo sin tapujos. De la
misma manera escribe cada una de las páginas de Las hogueras, con un
lenguaje crudo, sin ocultar ningún pecado, ninguna escena. Mallorca recuerda a
la Ibiza que describe Vicente Valero en Los extraños o Las transiciones.
El cuidado del
paisaje, que oprime más que libera a los autóctonos y a los foráneos, encaja a
la perfección con la introspección de sus personajes, de Sibila, de Asunción,
de unos hombres que no logran colmar los deseos de ninguna de ellas.
Gracias a la
editorial Recalcitrantes tendremos la oportunidad de leer de nuevo más novelas
de esta mujer única, de esta escritora valiente. Dejen que les seduzca la
envolvente luz de Las hogueras.
Título: Las hogueras
Autora: Concha Alós
Editorial: Recalcitrantes
Páginas: 298
Precio: 19,95 euros (rústica)
Una mujer única de verdad,lo se porque era mi tía la única hermana que tenía mi madre
ResponderEliminarUna mujer única de verdad,lo se porque era mi tía la única hermana que tenía mi madre
ResponderEliminarOjalá que ahora, con la recuperación de sus obras, muchos lectores la descubran. Gracias por su comentario. Un afectuoso saludo.
ResponderEliminar