domingo, 31 de julio de 2016

Cutter y Bone: mucho más que un chute de adrenalina

Reza la contra de Cutter y Bone que esta es una obra maestra olvidada. Los lectores lógicamente ya desconfían de los supuestos redescubrimientos de clásicos que prostituyen cualquier canon en la literatura. Pero en este caso, no estamos ante palabras vacías. Cutter y Bone es el perfecto ejemplo de una ficción que, construida sobre los escombros de una sociedad fallida, revolucionó la literatura tradicional, la que se encontraba a años luz del mundo de los veteranos, minorías y white trash. 

La guerra de Vietnam trajo consigo consecuencias devastadoras, de las que Estados Unidos todavía no se ha recuperado, pero también fue el desencadenante de algunas de las mejores novelas del pasado siglo. Dog Soldiers, de Robert Stone, o Las cosas que llevaban los hombres que lucharon, de Tim O’Brien, son sin lugar a dudas unas de las más importantes influencias de autores contemporáneos como Phil Klay, Atticus Lish o Kevin Powers.

La cubierta de Cutter y Bone parece asegurar adrenalina a raudales y cumple con creces lo prometido. Pero va mucho más allá, ofrece a los lectores una profundidad en los personajes, que se convierten en el punto más potente de este libro. Richard Bone, antiguo ejecutivo de éxito del Medio Oeste reconvertido en gigoló sin propósito ni domicilio, y Alex Cutter, veterano que perdió en Vietnam parte de su cuerpo y el juicio, forman una insólita pareja que iniciara un road trip alucinatorio en el que descubren la verdadera cara de una sociedad que está demasiado familiarizada con la soledad y el dolor.

Cutter busca un santo grial en forma de chantaje que le devuelva al menos la ilusión perdida y está dispuesta a dejar de lado en esa búsqueda a Mo, su mujer, y su hijo. En esa caída arrastra a Bone, quien conserva algo del sentido común de su insatisfecha vida pasada como padre de familia. Los diálogos entre ellos (muy bien reflejados por la traducción de Inga Pellisa) potencian esta insólita e hipnótica trama. Cada página es un paso más dentro de esas mentes torturadas que solo merecerían hoy en día un disparo en la nuca por parte de la policía, porque en Estados Unidos esa basura debe permanecer siempre escondida.

Thornburg analiza la catástrofe causada por cualquier guerra. Ve más allá de las filas de ataúdes que se acumulan en bases militares y centra su mirada en el maltrato a los tan jaleados héroes. Pero también, se anticipa al resquebrajamiento del sueño americano, del que algunos, como Bone, deseó apearse. Hay en este novela familias fallidas, ricas mujeres que buscan el calor de un abrazo pagado y la constante espiral de autodestrucción a la que todos se suman de manera aparentemente consciente. Como si ese suicidio colectivo apaciguara su propio sufrimiento.


Ojalá los escritores contemporáneos entendieran que un par de pistolas, droga y la carretera no son ingredientes suficientes para revolucionar la narrativa más sucia. Newton Thorburg escribió una obra maestra y creó unos personajes de los que es imposible separarse, no existe en esta historia una última página.





Título: Cutter y Bone 
Autor: Newton Thornburg
Traducción: Inga Pellisa
Editorial: Sajalín 
Páginas: 386
Precio: 22,50 euros (rústica)

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