La editorial argentina Mardulce no pudo tener mejor carta de
presentación en su desembarco en España. Tras varios años desaparecida de las
librerías Cynthia Ozick fue de nuevo reivindicada. El chal, una de las novelas cortas más redondas escritas en el pasado siglo y perfecto ejemplo de la prosa de Ozick, precisa, sobria y con una
fuerte carga psicológica, había sido editada por última vez hace más de veinte
años.
Mardulce presentó en 2014 una vertiente más rompedora de Ozick, Los papeles de Puttermesser, una novela
tal vez demasiado arriesgada para las editoriales tradicionales que hace ya
tiempo decidieron dejar de sorprender a sus lectores.
Tras la “popularización” de Cynthia Ozick como novelista y
escritora de relatos –Lumen editó en 2015 sus Cuentos reunidos- Mardulce apostó de nuevo por desvelar una faceta
desconocida en Latinoamérica y España pero reverenciada en Estados Unidos. En Metáfora y memoria encontramos una
sólida ensayista, analítica, con un estilo distinto, firme en sus convicciones,
que muchas veces se alejan de la corrección política. En este volumen hace un
repaso a sus opiniones sobre la cultura contemporánea, las nuevas
generaciones y critica a algunos de los popes tradicionalmente intocables de la
literatura.
Ozick es una intelectual a la antigua, que, de manera casi
profética, acusó hace ya décadas a los jóvenes de una superficialidad
preocupante, de una rapidez en la elaboración de sus obras y sus opiniones. El
ensayo es para ella el género de los “mayores”, destinado a sobrevivir y ganar
en empaque con el paso del tiempo, mientras que el artículo (hoy en día
escritos como si de tuits se tratasen) está destinado al olvido, a ser sepultado por la tiranía del ritmo frenético de un planeta que reniega de su
propio pasado.
Sus ensayos son artefactos literarios que funcionan con la misma
precisión que sus relatos o novelas y en ellos Ozick se descubre como una fiel
creyente del lenguaje. En estas páginas es innegable la herencia judía; no solo
lleva consigo el peso de su Historia sino también la influencia de su
literatura. Ozick fue, junto a figuras como Bellow, Malamud o Roth, una fiel
reivindicadora de la importancia de la obra “judía” en las letras estadounidenses.
Analiza por ello, tal vez con excesivo subjetivismo religioso o histórico, el
pasado de grandes autores y no perdona deslices de otras épocas. El yiddish se
convierte en la excusa perfecta para reflexionar sobre la traducción de los
textos, su supervivencia, convirtiéndose estos en la herencia de un pueblo
masacrado.
Su análisis sobre la alta cultura, protagonizado de manera casi
cómica por Jonathan Franzen y Oprah Winfrey, es universal y de nuevo incide en
una superficialidad que está preocupantemente ligada a una generación que solo
desea lo instantáneo. Aunque Ozick, por medio de un breve ensayo sobre la creación de
la Academia Estadounidense de Artes y Letras, criticó también hace ya décadas
el inmovilismo académico, pronosticando por ello el combate entre dos grupos eternamente
enfrentados en terreno de nadie.
Ozick comparte sus lecturas e influencias literarias y baja a sus particulares
héroes de sus pedestales para someterlos prácticamente a un tercer grado. Henry
James ha sido siempre su maestro, y Ozick recuerda con gran lucidez recuerda
cómo dejó de “odiarlo” al comprender que en su juventud solo debía compararse
con el James aprendiz y novato.
Kafka deja de ser en Metáfora
y memoria un oficinista checo que eligió otro idioma y es disfrazado de
símbolo de la literatura yiddish, un símbolo que no llegó a padecer el horror
con mayúsculas. ¿Acierta Ozick? Puede que esta maniobra haga que pierda el foco
literario pero aporta sin duda una nueva perspectiva que la distingue de
demasiados ensayistas clonados. Tolstói y Dostoievski pasan idénticos exámenes
de conciencia sin que parezcan justificados. Ozick es temeraria, en el mejor
sentido de la palabra, ya que presenta verdades incómodas que provocan debates
muy necesarios. La ficción y el ensayo toman por ello igual relevancia en su
obra.
No se puede dejar de agradecer a Mardulce que una vez más haya
presentado una faceta menos “comercial” de la singular Cynthia Ozick. Una
lectura original y profunda que es tristemente una excepción en una época marcada por la copia y superficialidad.
Título: Metáfora y memoria
Autor: Cynthia Ozick
Traductor: Ernesto Montequin
Traductor: Ernesto Montequin
Editorial: Mardulce
Páginas: 432
Precio: 20,90 eur (rústica)
Foto tomada de El País
Foto tomada de El País
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