Ya es verano en el hemisferio norte y hemos comenzado (o vamos a comenzar) esos días de merecido descanso, ¡las vacaciones! ¿Y qué mejor momento para tirarse en la toalla, en un prado con unas vistas idílicas o, simplemente, en un sillón, y leer un libro tras otro? Como nosotros somos algo pudorosos y nos cuesta recomendar libros a la ligera hemos preferido que lo hagan por nosotros algunos de los que más saben de esto, los buenos libreros, esos que te calan en cuanto entras por la puerta, que saben qué libro necesitas y que no paran de recomendártelo hasta que sales por la puerta con él.
Para que la oferta sea variada hemos intentado que haya librerías de acá y de acullá y por eso hay algunas librerías, aún jóvenes, como Letras corsarias, en Salamanca, La Puerta de Tannhauser, en Plasencia, o Intempestivos, en Segovia, que cuentan con poco tiempo de vida pero lo están aprovechando muy bien, y otras algo más veteranas pero todavía jóvenes como Tipos Infames o Cervantes y compañía, en Madrid. Y por si eso fuera poco, hemos reclutado a dos librerías allende los mares, La Butik del Libro, de San Isidro, Argentina y Wilborada 1047 en Bogotá (Colombia). Les agradecemos a todos su disposición por ayudarnos a redactar este post.
Os dejamos sus direcciones y, si pincháis sobre su nombre, podréis acceder a sus respectivas páginas web, por si os dejáis sobre esas ciudades y os apetece pasear un rato entre libros y conocer a unos cuantos buenos libreros y libreras.
Dejaos aconsejar por ellos. Rara vez fallan en sus recomendaciones.
Para que la oferta sea variada hemos intentado que haya librerías de acá y de acullá y por eso hay algunas librerías, aún jóvenes, como Letras corsarias, en Salamanca, La Puerta de Tannhauser, en Plasencia, o Intempestivos, en Segovia, que cuentan con poco tiempo de vida pero lo están aprovechando muy bien, y otras algo más veteranas pero todavía jóvenes como Tipos Infames o Cervantes y compañía, en Madrid. Y por si eso fuera poco, hemos reclutado a dos librerías allende los mares, La Butik del Libro, de San Isidro, Argentina y Wilborada 1047 en Bogotá (Colombia). Les agradecemos a todos su disposición por ayudarnos a redactar este post.
Os dejamos sus direcciones y, si pincháis sobre su nombre, podréis acceder a sus respectivas páginas web, por si os dejáis sobre esas ciudades y os apetece pasear un rato entre libros y conocer a unos cuantos buenos libreros y libreras.
Dejaos aconsejar por ellos. Rara vez fallan en sus recomendaciones.
Letras corsarias librería (Salamanca)
Calle Rector Lucena, 1 y Plaza de San Boal
El nadador en el mar secreto, de William Kotzwinkle. Traducción: Enrique de Hériz (Navona editorial, 2014)
Una breve historia, reflexiva y poética. Simple en sus maneras, pero no en sus intenciones. El nacimiento de un hijo a través de los ojos de su padre.
Los viernes en Enrico's, de Don Carpenter. Traducción de Javier Guerrero (Sexto Piso, 2015)
El transcurrir del tiempo a través de la figura de unos personajes sinceros y sin engaños. Un puñado de jóvenes escritores que pugnan por salir adelante en la segunda mitad del siglo XX.
Las Meninas, de Santiago García / Javier Olivares (Astiberri ediciones, 2014)
Michel Foucault enfrentado a la «página en blanco» intentando escribir su texto sobre las Meninas. Picasso, obsesionado por el embrujo del cuadro. Buero Vallejo recordando en sus últimas horas dicha obra. Todo como telón para ofrecernos una biografía de Velázquez valiente en las páginas de Las Meninas. Uno de los mejores cómics que hemos leído en los últimos tiempos.
La Puerta de Tannhauser (Plasencia)
Calle Rúa Zapatería, 22
Siete casas vacías, de Samanta Schweblin (Páginas de Espuma, 2015)
Maravilloso libro de relatos, en donde al lector le tocará entrar en siete casas, en siete, y todas están vacías. La autora centra la narración en la locura, la casa y sus exteriores y las relaciones fracasadas. Empuja a sus personajes a explorar terrores cotidianos, a diseccionar los miedos propios y ajenos. Sabe atrapar al lector, todas sus casas erizan, deslumbran y enganchan, es sin duda un libro para leer al atardecer.
Cuentos populares mexicanos, edición de Fabio Morábito (Siruela, 2015)
Bellísima antología de cuentos mexicanos, libro editado en tapa dura y acompañado de singulares ilustraciones a color. Sus relatos no son mitos ni leyendas, sino cuentos orales que nos acercan a las costumbres y tradiciones ancestrales de los pueblos mexicanos, que han ido mutando a lo largo de los siglos y cruzado continentes hasta llegar a Europa y a manos del lector. Metáfora de la esencia misma de la literatura y el alma humana es un libro para leer y releer toda la vida.
Soy un gato, de Natsume Sōseki. Traducción de Yoko Ogihara y Fernando Cordobés (Impedimenta, 2010)
«Soy un gato, aunque todavía no tengo nombre». Así comienza la primera y más hilarante novela de Natsume Sōseki, una auténtica obra maestra de la literatura japonesa, sátira descarnada de la burguesía Meiji. Dotada de un ingenio a prueba de bombas y de un humor sardónico, recorre las peripecias de un voluble filósofo gatuno que no se cansa de hacer los comentarios más incisivos sobre la disparatada tropa de seres humanos con la que le ha tocado convivir. Estupenda traducción y edición, es un libro para autoregalarse, sin duda.
Intempestivos (Segovia)
Cervantes y compañía (Madrid)
Calle Pez, 27
Calle San Joaquín, 3
Un buen hijo, de Pascal Brucknet. Traducción de Lluís Maria Todó (Impedimenta, 2015).
El intelectual francés Pascal Bruckner al buscar su reflejo encuentra la figura esquiva y oscura de su padre: filonazi, antisemita, maltratador… y en torno a él gira este libro de recuerdos, esta novela de formación, esta profunda reflexión sobre la condición —a veces tan extraña— de ser hijo. Bruckner nos cuenta su formación intelectual, su llegada a un París en ebullición, su amistad y colaboración con Alain Finkielkraut… pero en torno a su padre, en las líneas inquebrantables de oposición de él como pensador y en las líneas discontinuas de acercamiento de él como hijo, donde este retrato se muestra más especial y necesario: si el primer recuerdo del libro es el del niño Pascal pidiéndole a Dios que provoque la muerte de su padre, terminamos leyendo algo que no es pero podría parecerse a una reconciliación, a dar por válido este particular retrato de familia.
Intempestivos (Segovia)
Calle Teodosio el Grande, 10
Cuando Kafka hacía furor, de Anatole
Broyard. Traducción de Catalina Martínez Muñoz (La Uña Rota, 2015)
Una lectura deliciosa que retrata el Nueva York pretodo (pre-Woody
Allen, pre-Paul Auster e incluso pre-Mad Men): el Village en pleno apogeo
intelectual y vital tras el fin de la Segunda Guerra Mundial. Si van a viajar a
la Gran Manzana, no dejen de leer este libro como guía para nostálgicos.
Cómo se hace una chica, de Caitlin
Moran. Traducción de Gemma Rovira (Anagrama, 2015)
Caitlin Moran ya nos sorprendió y nos hizo reír a carcajadas
con su anterior libro, Cómo ser mujer.
Ahora, con la distancia que le da la ficción (el anterior título era una mezcla
de autobiografía y ensayo), es aún más salvaje. Johanna Morrigan, la protagonista,
es de esos personajes que te roban el corazón. No se me ocurre lectura más
refrescante para este verano.
Cervantes y compañía (Madrid)
Calle Pez, 27
Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. Edición íntegra adaptada al castellano actual por Andrés Trapiello (Destino, 2015)
Una nueva edición del genial Quijote nos llega de manos del escritor y experto en Cervantes Andrés Trapiello, que ha realizado una versión en castellano actual de nuestro gran clásico. Perfecto para releer o acercar de manera más atractiva esta joya de la narrativa española.
Por encima de mi cadáver, de Mario Cuesta Hernando (Ediciones del Viento, 2015)
Una crónica de viajes por Oriente Medio plagada de optimismo, humor y valores humanos donde el autor consigue que nos interesemos por los lugares que recorre y sus personajes, no sólo por sus conflictos y guerras. Un libro lleno de humanidad que nos arrancará una sonrisa.
Tipos infames (Madrid)Calle San Joaquín, 3
Siete casas vacías, de Samanta Schweblin (Páginas de Espuma, 2015).
Nos conduce con precisión por el lado perverso y extraño que encontramos a la vuelta de la aparente normalidad. Algo parece acecharnos silencioso en el orden cotidiano dispuesto a alterarlo: miedos con los que irremediablemente convivir, descubrir el extraño inexplorado que es uno mismo o el vecino, sorprendernos por lo cerca que la locura linda no sólo con la tristeza sino que la felicidad es un estado colindante con la locura.
Nos conduce con precisión por el lado perverso y extraño que encontramos a la vuelta de la aparente normalidad. Algo parece acecharnos silencioso en el orden cotidiano dispuesto a alterarlo: miedos con los que irremediablemente convivir, descubrir el extraño inexplorado que es uno mismo o el vecino, sorprendernos por lo cerca que la locura linda no sólo con la tristeza sino que la felicidad es un estado colindante con la locura.
Para fortuna de aquellos que empiecen por
casualidad estos relatos y los terminen convertidos en incondicionales de
Samanta Schweblin, hace algunos meses más se publicó su nouvelle Distancia de rescate (Literatura Random House, 2015). Uno empieza a leer sin saber en qué lodazal
han ido a caer sus pies… ¿quién habla? ¿desde dónde?... y no queda otra que
seguir leyendo: un tirante hilo nos une a nuestros seres queridos.
Un buen hijo, de Pascal Brucknet. Traducción de Lluís Maria Todó (Impedimenta, 2015).
El intelectual francés Pascal Bruckner al buscar su reflejo encuentra la figura esquiva y oscura de su padre: filonazi, antisemita, maltratador… y en torno a él gira este libro de recuerdos, esta novela de formación, esta profunda reflexión sobre la condición —a veces tan extraña— de ser hijo. Bruckner nos cuenta su formación intelectual, su llegada a un París en ebullición, su amistad y colaboración con Alain Finkielkraut… pero en torno a su padre, en las líneas inquebrantables de oposición de él como pensador y en las líneas discontinuas de acercamiento de él como hijo, donde este retrato se muestra más especial y necesario: si el primer recuerdo del libro es el del niño Pascal pidiéndole a Dios que provoque la muerte de su padre, terminamos leyendo algo que no es pero podría parecerse a una reconciliación, a dar por válido este particular retrato de familia.
Continuación de ideas diversas, de César Aira (Universidad Diego Portales, 2014)
Otra opción para autorretratarse por escrito podría parecerse al dibujo de la «instantánea del cerebro de ramón [Gómez de la Serna] tomada por Oliverio Girondo»: un corte longitudinal en el que se encuentran mezcladas las búsquedas, motivos y obsesiones del escritor. En esta imagen puede pensarse mientras se lee Continuación de ideas diversas, que si bien no es una autobiografía tiene mucho de retrato en presente del escritor argentino. Un libro fragmentario, combinación de ideas de todo tipo, ocurrencias, ejercicios lúdicos de introspección («Dentro de mí se realiza un esfuerzo sobrehumano por reunificar las dos iglesias, la de la Poesía y la de a Prosa»), reflexionando sobre su visión de la condición del escritor y de la literatura, sobre los mecanismos de la memoria (pero también del olvido), el arte contemporáneo, el insomnio… Y entre los intervalos de esa sucesión de ideas nos encontramos con el perfil del pensamiento del escritor: «un cadáver exquisito 3D, que también quiere ser un tablero de juego, y un retrato».
Otra opción para autorretratarse por escrito podría parecerse al dibujo de la «instantánea del cerebro de ramón [Gómez de la Serna] tomada por Oliverio Girondo»: un corte longitudinal en el que se encuentran mezcladas las búsquedas, motivos y obsesiones del escritor. En esta imagen puede pensarse mientras se lee Continuación de ideas diversas, que si bien no es una autobiografía tiene mucho de retrato en presente del escritor argentino. Un libro fragmentario, combinación de ideas de todo tipo, ocurrencias, ejercicios lúdicos de introspección («Dentro de mí se realiza un esfuerzo sobrehumano por reunificar las dos iglesias, la de la Poesía y la de a Prosa»), reflexionando sobre su visión de la condición del escritor y de la literatura, sobre los mecanismos de la memoria (pero también del olvido), el arte contemporáneo, el insomnio… Y entre los intervalos de esa sucesión de ideas nos encontramos con el perfil del pensamiento del escritor: «un cadáver exquisito 3D, que también quiere ser un tablero de juego, y un retrato».
Y para terminar, dos lecturas altamente
adictivas: la guerra entre bandas de narcotraficantes por hacerse con el
control de la droga en los suburbios del Detroit de 1972 que leímos en Los reyes del jaco, de Vern E. Smith, traducción de Güido Sender Montes (Sajalín, 2015), y las voces que nos llegan
desde un gueto de Nueva York a finales de los sesenta tratando de desvelar al
responsable de la muerte de un joven camello en la que fue la primera novela
del poeta y músico Gil Scott-Heron, El buitre, traducción de Antonio Vallejo Andújar (Hoja de Lata, 2015). En ambas
hay alucines provocados por sustancias químicas, pero sobre todo el interés por
manejar el cotarro, controlar las distintas zonas de los barrios y hacerse con
el poder, el dinero y el miedo y respeto de los demás. En la novela de Smith
además del atractivo de la trama, los impecables diálogos (¿cómo no hay una
película todavía?), hay una atención absorbente por las pintas que se lucían
con orgullo por aquel entonces: el cuidado en los peinados y en la vestimenta,
los relucientes cromados de los cochazos de lujo, las pistolas siempre
preparadas en la cintura del cinturón: puro The
Wire con estética de los setenta. En la novela de Scott-Heron parecen
sobrar los motivos y los posibles culpables de la muerte de John Lee, pero con
el puro suspense se mezclan reivindicaciones raciales, Black Power, la música negra
y la de las bandas puertorriqueñas (entre Smokey Robinson, James Brown y Aretha
Franklin se cuelan temas de Eddie Palmieri o Joe Bataan), cómo sobrevivir en el
gueto y las motivaciones de los distintos narradores…pero sobre todo
encontramos la reflexión sobre el mundo y el sentido de la vida contada desde
un suburbio de EE UU y la poesía del músico que ya nos avanzó que «The
revolution will not be televised»… así que dejen de estar atentos a lo que
sucede en la tele.
Butik del Libro (San Isidro, Argentina)
Chacabuco, 459
Wilborada 1047 (Bogotá, Colombia)
Butik del Libro (San Isidro, Argentina)
Chacabuco, 459
Un verano, de Damián Huergo (Notanpuan, 2015)
Una nouvelle de aprendizaje, situada en un ambiente de playa y de verano adolescente. Bien escrita, simple y clara, narra la historia de un joven, que podría ser cualquiera, entre el aburrimiento y la sorpresa de pasar mucho tiempo mitad de vacaciones, mitad trabajando. Teniendo tiempo para enamorarse, aprender a enamorarse y entender que la soledad es ideal para forjar la propia identidad. El mar y el sol y la bicicleta resultan una combinación bastante insuperable.
La débil mental, de Ariana Harwicz (Mardulce, 2014)
Una novela irritante. Tanto desde su historia como desde su escritura. La atracción del espanto, el no poder dejar lo que uno quiere seguir leyendo... Una nueva mirada en la literatura argentina. Un escribir sin filtros. Un decir sin piedad. Difícil contar de qué se trata, por eso recomendamos: leerla.
Pequeña flor, de Iosi Havilio (Random House Mondadori, 2015)
Breve y vertiginosa, en esta oportunidad Iosi nos da una versión cargada de skittles de su imaginario. Cómo él mismo confiesa, todas sus obras esconden historias de amor. Amor que se camufla en neurosis, obsesiones, idas y venidas desopilantes y alguna que otra referencia a cierta literatura, cierto cine, cierta música (el jazz y el tango en este caso). La psicología alterna de sus personajes, ofuscados en aprender a su propia manera como enfrentar sus miedos, sus ilusiones y sobre todo, sus impulsos. Gran novela que se nos hace muy breve y sirve para ir rápido a comprar otras de sus obras (Opendoor, Estocolmo, Paraísos, o la experimental La Serenidad).
Wilborada 1047 (Bogotá, Colombia)
Calle 71 # 10-47 Int 4
Limónov, de Emanuel Carrère. Traducción de Jaime Zulaika (Anagrama, 2011)
Limónov es la historia del enigmático poeta ruso, ácido, temerario y rebelde, cuya vitalidad nos recuerda que ni la mejor de las ficciones puede superar la realidad; pero es también una historia de la Unión Soviética desde Stalingrado hasta el asesinato de Anna Politkóvskaya en el 2006.
Este relato utiliza magistralmente las mejores herramientas de la crónica, la novela y la biografía para traer a vida a figuras frías y distantes como la de Vladimir Putin, Boris Pasternak, Joseph Brodsky, Solzhenitsyn y una seguidilla de némesis o “capitanes Levitin” de nuestro héroe.
Limónov es un texto con un sentido de humanidad desbordante, no sólo evidente en lo que respecta a su protagonista, sino perceptible en la en la relación del autor con el relato. Carrère no solo pretende contar una historia, busca posicionarse ante las vidas inclasificables y las situaciones indescriptibles.
El hombre que no fue jueves, de Juan Esteban Constain (Literatura Random House Mondadori, 2015)
De nuevo, Juan Esteban Constain (El naufragio del imperio, ¡Calcio!) vuelve con una novela histórica que toma distancia de la solemnidad huraña y a menudo demasiado abrumadora con la que se ha pretendido ver el pasado. El eje de la novela es la narración del fallido proceso de canonización de G. K Chesterton, pero se disgrega en varias historias o divertimentos que al mismo tiempo son homenajes a la condición mundana de grandes hombre como Bernard Shaw, Casanova y Shakespeare.
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