...y,
claro, hablar de David Foster Wallace, de los ensayos de En cuerpo y en lo otro, decir algo que no suene a ya dicho, a
redundancia de otras reseñas, es un reto que no sabemos si estamos preparados
para acometer, de modo que pediremos cierta indulgencia ante un posible deja vu inducido.
Este
conjunto de ensayos de distinta procedencia se sitúa en planos que nada tienen
que ver entre sí salvo en que ahondan en esa preocupación por el lenguaje como
sistema de símbolos que se engarzan de una forma sistemática que caracterizaba a
Foster Wallace. El libro comienza con un ensayo maravilloso, que roza la
hagiografía, sobre Roger Federer, y que es todo un canto al deporte. y no a
cualquier deporte sino al deporte hecho arte, el deporte de élite, ese en el
que cada movimiento forma parte de una danza y donde la sincronización y la
cinestesia lo son todo: la evolución biológica al servicio de la competición
deportiva. A un servidor, para el que el tenis es su deporte de referencia,
este ensayo le parece una de las mejores descripciones de este deporte que se
hayan hecho sobre él, si exceptuamos la recién publicada Los niveles del juego, de John McPhee, que el propio Wallace elogió
y de la que se encuentra una gran influencia en este texto y, sobre todo, en el
otro que encontramos en el volumen y que también trata sobre ese bello deporte,
que lleva por título Democracia y
comercio en el Open de Estados Unidos, con el que Foster Wallace critica
que un evento deportivo se convierta en un mero congreso de negocios en el que
intentar sacar toda la pasta que se pueda. Es, en definitiva, una crítica al
capitalismo como sistema que corrompe hasta aquello que podría estar fuera de
su propio ámbito (aunque desde que se comercializaron camisetas con la cara del
Che y chapitas con la de Marx, ya parece imposible que nada sea capaz de
escapar al capitalismo).
Posiblemente
el artículo de este volumen que más comentarios ha recibido sea Futuros
narrativos y los autores notoriamente jóvenes, en el que el autor repasa algunas de las características comunes a los escritores de su
generación, sin admitir que existe una generación. En él, define muchas de las
que son las señas de identidad, tanto de su narrativa, como de la de otros
autores similares a él, y en la que entran una influencia capital de la
televisión como canalizador de la cultura popular y de los eslóganes o las
marcas como vehículo de estandarización social. Por otro lado, critica la
banalidad de algunos escritores que se suman a esas directrices pero que lo hacen
para emitir mensajes vacíos u obviando ciertas cuestiones, como por ejemplo, el
miedo a la muerte, que apenas se menciona en las novelas contemporáneas, donde
el héroe nunca muere, y se recurre a simplificaciones como definir a personajes
de novelas por los eslóganes de sus camisetas. Este ensayo es un muy buen punto
de partida para entender algunas de las tendencias de los escritores de su
generación así como de su propia narrativa.
En
relación con este último ensayo tenemos La
naturaleza de la diversión, donde Foster Wallace explica cómo fue el paso
de ser un escritor primerizo al que únicamente le interesaba expresar una idea
sin tener en cuenta quién había más allá del texto escrito, a comenzar a
escribir pensando en el lector. La reflexión, creo, no es tanto una advertencia
ante la independencia que debe sentir el escritor frente al lector, sino más
bien una concienciación frente a la relación-lector, que es mucho más que una
dialéctica unívoca; debe ser un camino de ida y vuelta en el que es posible que
la diversión del autor se vea menoscabada en favor de una mayor legibilidad del texto.
![]() |
Manuscrito de Foster Wallace de El rey pálido. |
No
me resisto a dejar sin comentar, aunque sea brevemente, La (por así llamarla) enorme influencia de Terminator 2, que además de ser un ensayo riguroso en
el que hay una comparación permanente entre las dos películas de Terminator y Alien, en la que la secuela de marras
sale perdiendo a todas luces, hay ideas desternillantes como la definición de
Terminator 2 como porno de la ciencia-ficción, una película que se salva por
varias secuencias de cinco minutos en las que se exhiben los efectos especiales
y que resultan casi orgiásticas. El resto, diálogos pésimos, interpretaciones
sospechosas.
Otros
tres artículos muy interesantes por distintos motivos son la reseña que Foster
Wallace hace de La amante de
Wittgenstein, de David Markson (un autor al que no me cansaré de
recomendar) que Wallace considera una de las mejores novelas olvidadas de la década de
los 80 y que fue el germen de lo que
sería la deriva que tomarían los libros Markson a partir de aquel que describía cómo sería un mundo wittgensteriano y que a Foster Wallace
le apasionó porque veía, en cierto modo, un reflejo de las ideas que él mismo
defendía para la narrativa. La otra reseña que merece la pena es la que titula Borges en el diván, en la que desmenuza
una biografía sobre Borges en la que el autor trata de ligar cada uno de los
relatos del escritor argentino con hechos vitales en su vida y, sobre todo, con
sus devaneos amorosos. A Foster Wallace esa idea le causa un rechazo radical,
y el artículo se convierte en un elogio de Borges, de su literatura y de la
influencia que tuvieron sus relatos en toda una generación de autores
autodenominados postmodernos. Por
último, el volumen incluye también una reseña que Foster Wallace escribió para
la revista Science donde repasa dos
de los libros sobre matemáticas que más éxito tuvieron por aquellos días. Dos
reseñas demoledoras sobre literatura de género con muy poca calidad literaria
que muestran, por otro lado, la cultura enciclopédica del escritor estadounidense.
En
conjunto, una buena selección de artículos, apta casi únicamente para seguidores de Foster
Wallace pero que también puede suponer una buena entrada para aquellos que nunca
hayan leído nada suyo, para entrar en su mundo y, si les convence, adentrarse
en su narrativa, que ya son palabras mayores.
Autor:
David Foster Wallace
Traductor:
Javier Calvo
Editorial:
Random House Mondadori
Páginas:
304
Precio:
18 eur (rústica); 12 eur (ebook).
Foto del manuscrito de Foster Wallace tomada de: https://thisistheswitchboard.wordpress.com
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