El
material con el que se configura la literatura es muy variado: desde deportes
hasta religiones, pasando por palacetes solariegos o los despachos de una
empresa que cotiza en Wall Street. Sin embargo, lo que es inmutable, salvo en
casos excepcionales, es que en la mayor parte de la narrativa podemos
vislumbrar en gran medida la vida de los narradores. Algunos de ellos optan por
colocar su vida tras los visillos de hechos novelados que enmascaran esas
vivencias, mientras que otros se exponen al abismo de la literatura no solo
como creadores sino también mostrando sin tapujos a la persona que se encuentra tras el
narrador. Thomas Wolfe 1900-1938) fue uno de estos últimos, uno de
los primeros en emplear esa tan de moda ahora ficción autobiográfica o
autobiografía novelada. De eso precisamente tratan los dos libros de los que
hablaremos hoy, El niño perdido y Hermana muerte.
En El niño perdido Wolfe rescata de la
memoria el recuerdo de su hermano fallecido, Grover, un hermano mayor que murió
de tifus con solo doce años, el preferido de su madre y del que pasados unos
años ya nadie parece acordarse. El libro se divide en cuatro partes. En cada
una de ellas el narrador es distinto, pues el libro está configurado a partir
de los recuerdos de cuatro personas diferentes. El más emotivo es el primero,
en el que el padre ayuda a su hijo, que ha sido estafado por un vendedor de
chucherías. Pero antes de ese incidente Wolfe nos deja una descripción
memorable de los comercios, los atuendos y el ambiente de los primeros años del
siglo xx en un pequeño pueblo de
Estados Unidos. En los otros capítulos hablarán la madre, que recordará un suceso banal en un tren pero que muestra la sensibilidad excepcional de su hijo, y una hermana que
narra el último día de Grover, en el que se dieron un banquete porque él ya sospechaba
que su vida se extinguía. En el último capítulo el propio Thomas Wolfe regresa
a la casa donde murió su hermano muchos años después y accede a la habitación
donde murió. Se trata de un libro delicioso, un libro poético que sin embargo no comete el error de caer en la
sensiblería, algo que sería muy fácil, dado el tema del que trata. Sus principales
virtudes: su capacidad evocadora y la fuerza descriptiva de su prosa.
Hermana
muerte consta también de cuatro capítulos. En este caso Wolf describe cuatro
muertes que sucedieron frente a él en Nueva York. Su ánimo no es tanto el de
relatar las muertes como lo que acontece a su alrededor, es decir, cómo
reaccionan las personas que se ven frente a la muerte, que la miran a los ojos
pero la esquivan, aunque saben que tarde o temprano un día llegará y ya no
pasará junto a ellos, sino que los cogerá de la mano y se los llevará.
A mí
juicio, Hermana muerte es inferior a El niño perdido. Eso, sí, inferior al
otro, no significa que sea desdeñable. El cuarto capítulo presenta las mayores
virtudes del libro y también, creo, el mayor defecto. En este caso la muerte
que relata es la menos espectacular, ya que trata sobre un hombre sentado en un
banco que súbitamente deja de respirar y muere, sin aspavientos ni quejidos lastimeros.
Muchos de los que pasan al lado opinan al principio que el hombre está dormido
aunque, en su interior, sospechan la verdad. Por fin un soldado –no podía ser
de otro modo– es el que se atreve a decir lo que nadie quiere oír: el tipo está
muerto. Es muy interesante cómo Wolfe describe a los distintos tipos de
personas que se ven frente al muerto, sus diferentes reacciones frente a él. El
problema se encuentra en que en el tramo final del capítulo, Wolfe se enreda en una
disertación quizá demasiado fuera de tono con respecto al resto del libro
acerca de la Muerte y que, como lector, me resulta prescindible.
A
falta de leer su monumental El ángel que
nos mira, estas piezas breves son un buen aperitivo para adentrarse en su
narrativa y decidir si uno emprende después la colina de su gran obra. Yo,
desde luego, lo haré.
Autor:
Thomas Wolfe
Traductor:
Juan Sebastián Cárdenas
Editorial:
Periférica
Páginas:
96
Precio:
15,50 eur (rústica)
Título:
Hermana muerte
Autor:
Thomas Wolfe
Traductor:
Juan Sebastián Cárdenas
Editorial:
Periférica
Páginas:
96
Precio:
14,50 eur (rústica)
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