Si hace algunas semanas decíamos
en la reseña de Los tres violines de
Ruven Preuk que somos reticentes a
los libros que tratan temas de alemanes, judíos y guerras mundiales, hoy
tenemos que decir: ¡Estamos hartos de los libros sobre holocaustos y enfrentamientos bélicos! Pero como somos tan consecuentes con lo que decimos, decidimos leer El Pentateuco de Isaac,
de Angel Wagenstein.
El autor, un afamado guionista de
cine, escribió el libro a los setenta años, fruto este, como la mayoría de este
tipo de textos, de experiencias sufridas en primera persona. Wagenstein narra
los avatares del protagonista, Isaac Jacob Blumenfeld, en un periodo gris de la
Europa del siglo xx, un escenario comprendido
entre la primera y segunda guerra mundial y los años posteriores. Isaac, un judío
residente en Galitzia, un lugar situado en un espacio con continuos cambios de
frontera, comienza la historia siendo austrohúngaro, para pasar a ser polaco,
ciudadano de la URSS, del Tercer Reich, y concluir como vecino austriaco. En
este periplo hay dolor, campos de concentración, pérdida de seres queridos,
sufrimiento… todo eso que hemos leído tantas y tantas veces. Entonces, ¿por qué
reseñar este libro si cuenta lo de siempre? Porque no lo cuenta del mismo modo.
El Pentateuco de Isaac tiene dos características a destacar: por un
lado, el estilo, que recuerda a la oralidad judía de esas conversaciones y
sermones reflexivos; y es que no hay que olvidar que el compañero de viaje
durante toda la historia de Isaac es su cuñado y rabino Samuel Bendavid. Si,
por un lado, la mayoría de los libros que tratan estos temas se centran más en
el por qué vivir, como puede ser El hombre en busca de sentido, de Viktor
Frankl, esta tradición oral, que se adhiere a cada página del libro, se preocupa
más en el cómo:
—¿Qué podemos hacer? —repetí.—No lo sé.—Entonces, todo es un inmenso engaño. Es correr tras el viento. ¡Es nada y a sombra de la nada!El rabino me miró con sus ojos tristes, enrojecidos por el insomnio:—“He observado cuanto sucede bajo el sol y he visto que todo es vanidad y atrapar vientos […] He aplicado mi corazón a conocer la sabiduría, y también a conocer la locura y la necedad, he comprendido que aun esto mismo es atrapar vientos”. Si has querido decir esto, Itzik, antes que tú ya lo dijo otro representante de nuestra tribu. Lo siento, pero lo formuló hace miles de años. Mas éste dijo también: “El que vigila el viento no siembra, el que mira a las nubes no siega”.
Pero además, Angel Wagenstein nos
muestra cómo estas historias atroces no están reñidas con la ironía, con lo
cómico, incluso con los chistes, y el autor consigue incluir en el discurso un
humor que no resta importancia a los mensajes de los personajes:
[…] Trata del ciego Iosel, a quien hasta los niños, que tienden a burlarse de todo infeliz, le tenían respeto y le ayudaban a cruzar la calle. Un buen día Iosel, ayudándose con su bastoncito, fue a visitar al rabino y le preguntó:—Rabí, ¿qué estás haciendo ahora?—Estoy tomando leche.—¿Cómo es la leche, rabí?—Es un líquido blanco.—¿Qué quiere decir “blanco”?—Blanco, pues… es el color de los cisnes.—¿Y qué es un “cisne”?—Un ave que tiene el cuello curvo.—¿Qué es “curvo”?El rabino dobló su brazo por el codo.—Anda, tiéntalo y sabrás.El ciego Iosel palpó atentamente el brazo del rabino y dijo agradecido:—Gracias, rabí. ¡Ahora ya sé cómo es la leche!
Estas dos particularidades ya hacen
que la lectura de este libro sea imprescindible, pero además dan lugar a que la
historia se perciba real pero soterrando esa parte cruenta y despiadada que
como lectores ya conocemos y que estamos cansados de leer, más si cabe porque sabemos
que por mucho que se nos cuente es difícil sentir cómo fue padecer aquello. Por
eso se agradecen los libros como El
Pentateuco de Isaac, historias que, más allá de contarnos la crueldad de
esos periodos bélicos, nos dejan un poso de optimismo en lo que respecta al
futuro de la humanidad.
Autor: Angel Wagenstein
Traductora: Liliana Tabákova
Editorial: Libros del Asteroide
Páginas: 320
Precio: 18,95 eur (rústica)
Imagen tomada de : http://melibro.com
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