Por eso, desde aquí y en la medida de nuestras posibilidades, queremos dar voz a este proyecto, y por ello entrevistamos a sus dos creadores, Nicolás Mattera y Paloma Benavente, con los que hablamos sobre Falsaria y el mundo editorial.
P:
¿Qué es y cómo surgió la idea de montar Falsaria?
Nicolás: Falsaria es una red
social literaria, una plataforma que permite a los que les gusta escribir, y
que ya tienen textos escritos, que puedan publicarlos. Ofrece la ventaja de que
pueden llegar a mucha gente porque se trata de un entorno digital y además
pueden recibir comentarios acerca de sus obras. Está diseñado para escritores,
donde se permite un encuentro con lectores que, muchas veces, son los propios
autores. Así que, lo que pretendemos con Falsaria es que se establezca un
contacto entre distintos escritores y que interaccionen entre ellos. El
concepto más práctico de Falsaria está en conseguir votos, es decir, que la
gente te lea y puedas subir en el ranking y, finalmente, cada tres meses, los
veinte o treinta escritores que están más arriba en ese ranking publican en la revista de Falsaria,
que se publica tanto en formato digital como en papel. El género de los textos
es muy variado: cuentos, ensayos, poemas… Además pueden hacerse otras cosas
como organizar foros y grupos. Y, en cuanto a cómo se gestó, Falsaria nació en
una playa de Gandía en junio de 2012. Nosotros nos conocimos en un taller
literario que ya había finalizado y nos quedamos huérfanos…
Paloma: Éramos varios los que
nos quedamos un poco sueltos, sin saber muy bien qué hacer. Todos nos
quejábamos mucho y no sabíamos muy bien hacia donde encauzar nuestras vidas,
por lo que Nicolás, que sabe mucho sobre blogs me dijo: hazlo. Tenemos varios
escritores y sabemos crear un blog. Pues vamos para allá.
Nicolás: La idea era crear un
blog en el que varios amigos que escribíamos pudiéramos intercambiar nuestros
textos en lugar de quedar un día, que puede ser más complicado. El blog no
tenía más intención que esa, pero poco a poco vimos que empezaba a registrarse
mucha gente a la que no conocíamos y colgaban también sus textos. Apareció
gente de Chile, de Argentina… Por eso decidimos montar ese entorno más en
serio, porque veíamos que tenía futuro y nos gustaba mucho la idea de llevarlo
adelante. Además nos demandaban cosas a las que nosotros tratábamos de dar
salida, por lo que vimos que había que cambiar el entorno, invertimos algo de
dinero y empezamos a dedicarnos al 100 % al proyecto.
Paloma: Ha sido complejo
montarlo a nivel organizativo pero lo que intentamos es que para el usuario sea
muy sencillo utilizarlo. Por eso tenemos unas 80.000 visitas al mes y casi
10.000 escritores que de vez en cuando se meten y publican. También hacemos
concursos y talleres para animar a que la gente visite la página.
P:
¿Cómo funciona la web?
Paloma: La web ofrece ese
microuniverso literario en el cual empiezas a escribir una línea, esa te lleva
a otra y esa a más, y ¿qué haces? ¿Lo dejas en un cajón o lo publicas para que
lo lea gente a la que no conoces, lo que también tiene sus riesgos? (risas). En
el momento en el que aparece el primer comentario de alguien a quien no conoces
ya empiezas a animarte, y comentas lo que otro ha publicado, luego te metes en
un grupo que se llama «Me encanta la literatura fantástica» y comienzas
compartir ese microuniverso de la escritura y la lectura, hasta llegar al
nivel que quieras, incluso publicar tus libros y poder recibir las opiniones de
otros usuarios de Falsaria.
Nicolás: Falsaria ofrece
visibilidad, por un lado, y encontrar un ámbito que se relacione contigo.
También pueden seguirte, como en twitter, y cada vez que se publique algo le
llega al que te sigue. Es decir, es algo así como un gran taller literario
virtual. A partir de ahí cada uno sigue el camino que quiera. Hay gente que ha
publicado, otros simplemente comparten sus textos y los comentan con otros…
Cada uno decide hasta dónde quiere llegar con Falsaria.
P:
¿Moderáis los comentarios?
Paloma: De hecho, lo que piden
muchos de los escritores es que les comenten todo lo posible sus textos porque
quieren saber si el camino que están siguiendo es el adecuado. Si no quisieran
recibir críticas les leerían sus escritos solo a sus madres y así no tendrían
nunca críticas negativas. Uno tiene que ser consciente de que cuando publica un
texto lo expone al público y, por tanto, a partir de entonces, ese texto está
sujeto a la crítica.
P:
¿Qué características diríais que tienen en común los usuarios de Falsaria?
Nicolás: Los usuarios son muy
diversos. Hay gente mayor y también muy joven. Los que escriben poesía
suelen hacer más piña, pero el resto son muy heterogéneos. Lo que suelen hacer
es unirse en grupo con gustos comunes como literatura fantástica, poetas
latinoamericanos, etc. También hay grupos de lectura donde los usuarios se proponen una lectura y luego lo comentan. Eso sí que
hace que se generen grupos con inquietudes similares.
Paloma: En algún caso lo que
sí hemos tenido son apadrinamientos. Hará un año, por ejemplo, un hombre
mexicano ya mayor se dedicaba a promocionar en los foros a una chica de unos 16
años.
Nicolás:
En realidad, lo que tienen en común los usuarios de Falsaria es la necesidad de
unirse, pero eso es algo que ocurre también en la vida, es decir, intentar
buscar intereses comunes con otros y formar grupos en los que intercambiar
pareceres, conocimientos…
P:
Ahora habéis puesto en marcha un blog, en el que nosotros también participamos,
¿cuál es su objetivo?
Nicolás: El blog en realidad ya
existía, pero estaba abandonado como una herramienta que estaba destinada
únicamente a dar información sobre las aplicaciones de Falsaria. Sin embargo,
hacía tiempo que queríamos buscarle otra utilidad al espacio del blog. Entonces
se unió una persona a Falsaria y, como empezamos a tener más tiempo, decidimos
que el blog debía ser algo más útil que poner información sobre las herramientas
que ofrece la web. Lo que queríamos era hacer algo similar a un magazine. Por un lado, Falsaria
es una red en la que hay escritores que escriben literatura novel, no
convencional, libre, y por otro lado lo que queríamos era aportar información
más real sobre el mundo editorial, con distintas tendencias a nivel
informativo, desde cómo utilizar las líneas de diálogo hasta entrevistas a
autores o editores. Estamos muy contentos porque desde que lo hemos puesto en
marcha está despertando mucha curiosidad.
Paloma: Lo que teníamos claro
era que queríamos que hubiese varios colaboradores. La idea surgió de un blog
que tenía yo, y en el que solo escribía sobre un tema muy concreto. Nicolás
siempre decía que estaba muy bien pero que cojeaba, que le faltaba algo. Por
eso pensamos que lo más interesante era conseguir colaboradores que supieran de
lo que hablaban, cada uno en su campo. Nosotros ya no podemos hacerlo todo y no
tenemos por qué hacerlo todo. De este modo ofrecemos la posibilidad de que esos
otros escritores y pensadores tengan cabida en Falsaria.
Nicolás: Además, lo que hemos
visto por los correos que recibimos, es que hay mucha gente que está huérfana
de conocimientos elementales para ponerse a escribir, incluso a veces ni
siquiera conocen autores básicos de los géneros en los que ellos se mueven. O
hay, por ejemplo, quien no sabe usar el Word para ciertas cosas elementales.
Por eso la idea es abrir el blog al mundo editorial, por un lado, como hacéis
vosotros en Libros, Instrucciones de Uso, y por otro, proporcionar a los
usuarios información más práctica como, por ejemplo, instrucciones para
escribir un buen cuento, listas de libros para leer…
Paloma: Otra cosa que
ofrecemos a los colaboradores es esta visibilidad que ya tiene Falsaria. Hay
gente muy válida que tiene ideas muy buenas y les falta esa visibilidad.
Nosotros se la ofrecemos y además ellos nos enriquecen a nosotros con sus
ideas.
P:
Hemos visto que hacéis coediciones, ¿podríais contarnos algo más sobre ello?
Nicolás: Casi desde que
comenzamos en serio con Falsaria empezaron a llegarnos manuscritos de gente que
nos preguntaba que si nosotros teníamos la posibilidad de publicarlos.
Paloma: Claro, con el primer
correo electrónico que te llega preguntándolo, tú dices: no, no, nosotros
estamos a otra cosa; pero con el segundo ya dices: anda, qué coincidencia; y
luego llegan el tercero, el cuarto… y ya empiezas a tomártelo en serio.
Nicolás: Entonces nos
planteamos un modelo de negocio factible sabiendo que teníamos el capital y,
además, como yo estudié diseño también podía contribuir a desarrollarlo. Por
eso podíamos ofrecer los servicios editoriales para publicar un libro sin
problemas. El problema era encontrar un servicio que le sirviese al otro. Lo
que vimos era que hay una tendencia a que, o bien el negocio esté muy
mercantilizado o que esos negocios funcionen como meros impresores. Por otro
lado, mucha gente que nos decía que tenía mil libros en su casa apilados porque
se los autopublicó y luego no consiguió venderlos. Entonces empezamos a pensar
en complementar este negocio desde una perspectiva útil para el autor. Por eso,
a lo que llegamos fue a un modelo en el que, por un precio fijo, que creemos
que es bajo y que se recupera rápido, nosotros hacemos el trabajo de producción
editorial, le damos un número reducido de libros al autor, entre 20 y 25, y lo
que ofrecemos es publicarlos bajo demanda, es decir, se imprime el libro que se
vende. El valor añadido de nuestro modelo es que aportamos además los elementos
de difusión de la obra, ya que contamos con la infraestructura de nuestra red
social, para que el libro tenga más recorrido una vez que se publica.
Paloma: Además, también
hacemos una labor editorial completa, en el sentido de que si vemos, por
ejemplo, que un libro de relatos tiene demasiados, le sugerimos al autor que lo
reduzca porque después será más fácil venderlo y además su producción será más
barata. Y, por otro lado, ofrecemos los servicios editoriales habituales, como
la corrección o el diseño. Traducciones no hacemos, pero las encargamos.
Nicolás: Es decir, cubrimos esa
necesidad para que el autor llegue a buen puerto. Pero eso sí, sabemos que la autopublicación
tiene sus limitaciones. Por ejemplo, nuestros libros no están físicamente en
ninguna librería. Están en todas librerías online de España y América Latina pero
esto le pasa a Falsaria y a todas las empresas que se dedican a la
autopublicación, a no ser que publiques 3.000 ejemplares y llegues a acuerdos
con una distribuidora. Por tanto, sabemos que eso es una limitación, pero
teniéndola en cuenta, creemos aun así que es una buena propuesta si alguien
opta por la autopublicación.
Paloma: Por otro lado, también
pedimos a los autores que, una vez que publiquen el libro, sean activos en la
promoción, es decir, que lo muevan, ya sea mediante reseñas, en las redes
sociales… También lo movemos nosotros en Falsaria, pero lo que tenemos claro es
que no queremos ofrecer proyectos que no sean realistas. Por ejemplo, si
alguien nos pide 800 ejemplares, lo primero que le decimos es: si quieres,
puedes tener esos 800 ejemplares, pero lo más probable es que se queden
apilados en tu casa y no llegues a venderlos. Por tanto, mejor, ve poco a poco,
intenta moverlo y, después, si necesitas los ejemplares, entonces te imprimimos
los que necesites.
Nicolás:
La otra ventaja que ofrece Falsaria es que nosotros no nos quedamos con los
derechos de autor de las obras. Es decir, el libro es siempre del autor. No nos
quedamos con porcentajes de la venta y si mañana ese autor quiere publicar con
una editorial convencional, esa editorial no tiene nada que hablar con nosotros
para publicar el libro. De hecho, ya nos ha pasado en varias ocasiones.
P: Y a partir de esta experiencia, ¿no os ha picado
el gusanillo de convertiros en editorial con todas las de la ley?
Paloma: Es el paso natural.
Nicolás: Yo creo que uno de los problemas es que
está habiendo un boom editorial. Creo
que es el momento de compartir estructuras. Unir canales de distribución, de
venta, conocimientos, empleados, y que nos complementemos. Es decir, si
avanzamos en ese sentido será intentando cerrar acuerdos con otras editoriales
en los que cada uno aporte unos recursos determinados. Por ejemplo, nosotros
tenemos muchos seguidores en las redes sociales, algo que puede ser muy
interesante para la promoción, y a lo mejor la otra editorial tiene ciertos
elementos de su infraestructura que a nosotros pudieran venirnos bien. Por eso,
estamos incubando la idea pero, eso sí, con pocas expectativas, porque hay que
ser realista y racional: uno no va a hacerse millonario vendiendo libros hoy
día.
P: Vosotros obviamente sois parte interesada pero,
¿qué opináis de la autopublicación?
Nicolás: Creo que hay que matizar una cosa.
Debemos diferenciar entre coedición y autopublicación. No me refiero a la
calidad, que ese es otro tema, me refiero a que no es lo mismo el libro de un
autor que ha escrito en su casa una obra y la cuelga en un archivo PDF o Word,
que una obra que ha sido trabajada por una empresa y por profesionales. Esa es la
diferencia. Yo creo que la coedición no es la meta de cualquier autor, es una
especie de desviación perversa que ofrece ahora el mercado editorial, que está
anquilosado y cerrado. Falsaria, y otras empresas que hacen coediciones, no
creo que vengan a sustituir a las editoriales, pero es claro que hay un
problema.
Paloma: Con la autopublicación puedes llegar tan
lejos como tu calidad te lo permita. Si publicas algo que es una porquería, eso
no te va a llevar a nada, te lo van a comprar tus amigos, y ahí se va a quedar
el libro. Pero, ojo, que las editoriales tradicionales también publican mucha
porquería. El problema es que ahora el papel del editor tradicional que lleva a
cabo una búsqueda de autores y de obras se está perdiendo, especialmente en las
grandes editoriales. Los éxitos ahora vienen de un chico o una chica que tenían
un blog, que los empezó a leer mucha gente y la editorial x ha estado atenta y
lo ficha. El otro día me enfadé mucho porque en la radio oía una noticia sobre
una escritora norteamericana que ha escrito una novela sobre la vida
universitaria en Texas que empezó a escribir en un blog e Iba publicando a
medida que recibía los comentarios de sus seguidores, hasta que una gran
editorial le compró los derechos. Ahora Planeta se ha fijado en ella y va a
publicar su obra, es decir, que esa gente que ya ha sido descubierta por un
público mayoritario en Internet luego pasa a las grandes editoriales, que no
han tenido que hacer nada por descubrirlos porque ya eran un éxito por sí mismos.
Nicolás: Antes el sentido de la publicación iba
del editor al autor y ahora es más bien al contrario, del escritor al editor.
Es decir, antes el nodo de opinión era el editor y ahora eso parece que se ha
invertido, y que es más el público que arrastra un determinado autor, que puede
ser por ejemplo un presentador de televisión, lo que mueve al editor a publicar
ese libro. Por eso decimos que hay editores que están dejando de hacer su
trabajo. Y, por otro lado, hay que decir que lo bueno en autopublicación, al
final, por la propia dinámica de cómo funciona el mundo virtual, termina
destacándose. Con esto no queremos decir que el mundo de la editorial
convencional haya muerto y que viva la autopublicación, sino que la edición
debería abrir canales que ahora mismo no están abiertos para escritores muy
válidos. El escritor malo no va a publicar, salvo excepciones, en ningún sitio,
salvo que haga una autopublicación. Pero en las grandes editoriales el problema
es que ya ni siquiera imponen modelos, sino que los compran, y quizá ese es el
problema, que tienen que ir a buscar una obra de una autora norteamericana que
escribe sobre las universidades tejanas y no se fijan en lo que tienen por aquí.
P: ¿No creéis que hay un exceso de escritores hoy
día, es decir, que hay poco pudor a la hora de definirse a uno mismo como
escritor?
Nicolás: Es que la ignorancia es atrevida.
Recibimos correos de gente que vive en otro mundo, que ya se autodenomina autor
desde el principio y que quiere que publiques sus libros gratis porque
consideran que han escrito un libro excelente.
Paloma: O te dicen: yo soy tu joven promesa
(risas).
Nicolás: Es que escribir es la rama del arte más
sencilla, y cada vez es más fácil el acceso a la publicación.
P: Si tuvieseis que nombrar a algunas editoriales que
tengáis como referentes por su catálogo, por su manera de hacer promoción o por
su forma de editar, es decir, por la factura final de sus libros, ¿a cuáles
nombraríais?
Paloma: Entre las editoriales, mi favorita es
Libros del silencio, que ya desapareció, y para mí era una editorial
extraordinaria porque descubría a gente que a mí me rompió los esquemas. Había
tanto autores foráneos como nacionales, y lo fundamental era que el nivel de
sus obras era impresionante. Yo sabía que cualquier libro que comprase de esa
editorial iba a ser bueno. Después el editor murió y eso se acabó. A mí, en
general, la etiqueta de una editorial no me suele llamar mucho, y necesito
siempre leer las dos primeras páginas de un libro para saber si me va a gustar
o no, pero con Libros del silencio, no me hacía falta.
Nicolás: En cuanto al trabajo en redes, hay una
editorial que ha nacido hace poco, Dos Bigotes, que creo que con un trabajo muy
honesto y muy informativo se están moviendo muy bien; hay también algunas cosas
de Gallo Nero que me parece que están muy bien. Las grandes editoriales son un
desastre en ese sentido. Aunque, para ser justos, Random House también ha
invertido ahora mucho en ese sentido y está haciendo una buena labor con una
red de blogs en los que si tú publicas allí, ellos te dicen que pueden
descubrirte. Quizá sea una mentira, pero es una buena apuesta de Random House,
la editorial más grande del mundo, y es algo que nadie había hecho hasta ahora.
Creo que ellos sí que lo hacen bien, pero el panorama en ese sentido es
bastante pobre. Otra cosa que ha hecho bien, en este caso RBA, es segmentar su
perfil, de modo que ha creado uno específico para novela negras, porque así
puedes enfocar tu promoción directamente al público que quieres.
Paloma: Creo que muchas veces se debe a falta de
recursos o incluso de conocimientos sobre cómo funcionan las redes sociales y la mecánica de Internet,
por eso la promoción digital de las editoriales es un desastre. Por eso tienen
que pagar a alguien por estar ahí y no todas pueden permitírselo.
Nicolás: Pero además
cuando uno contrata a un Community Manager,
aunque este sepa cómo funciona Internet, tiene que tener unas directrices en
las que le quede clara la estrategia de la editorial. Una opción, por ejemplo,
es subir todas las reseñas de sus autores, que es lo fácil; otras pueden ser
más activas, como sorteos, reuniones con escritores, lecturas colectivas… Las
redes sociales son lugares de relevancia solo cuando tú propones cosas.
P: ¿Qué otros problemas veis en el mundo editorial?
Nicolás: Uno de ellos es, sin duda, el precio del
libro. El mundo del libro en España, igual que muchos otros sectores
empresariales, está anquilosado. Por ejemplo, no se entiende que un
distribuidor gane más que la editorial o que las librerías no puedan fijar los
precios. Y es que uno de los problemas principales es el precio, sobre todo en
comparación con otros países. Esto es importante porque hay que pensar que el
70 % de la población española gana como mucho 1.200 euros al mes, de modo que
si un libro cuesta 20 euros, te supone un porcentaje importante de tu salario
y, por tanto, vas a sacrificar ese gasto para gastar ese dinero en otras cosas
que consideras más útiles. El problema es que en España los costos de
producción son muy elevados. Por ejemplo, si vas a Alemania o a Dinamarca, que
tienen un nivel de vida y unos salarios bastante más elevados que aquí, ves que
en las librerías más modernas del centro de las ciudades un libro no cuesta más
de 20 euros, es decir, lo mismo que en España. Eso no puede ser, algo falla. El
problema es que incluso gente como nosotros, que somos locos de los libros,
cuando compras cuatro en un mes sientes que ya te has desbandado y por tanto
piensas muy bien qué libro compras y no te arriesgas demasiado porque supone un
gasto importante.
P: Por último, ¿cuáles son vuestros planes futuros?
Nicolás: A corto plazo nace la librería de compra
online de Falsaria, para que cualquiera pueda vender su ebook. Funcionará en
función de la relevancia del libro, de cuánto lo voten. Ese desarrollo está
completo, llevamos siete meses en ello, y lo que nos queda aún, que será el
paso siguiente, es ofrecer una herramienta para que cada uno pueda crearse su
propio ebook. Pero además de eso tenemos muchas cosas en marcha. De momento
queremos seguir creciendo y que Falsaria se establezca
como la red de escritores en español más importante de Internet.
Falsaria
www.falsaria.com
Falsaria
www.falsaria.com
Excelente entrevista, felicitaciones!!
ResponderEliminarFelicitaciones a los que hacéis posible que sigamos disfrutando de los libros. Mientras haya literatura, nosotros ahí estaremos.
ResponderEliminarMe ha encantado la entrevista. Muy interesantes tanto las preguntas como las respuestas. Felicidades.
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