En ocasiones, cuando uno lee del tirón cinco o seis libros
seguidos que no terminan de convencerle (normalmente se trata de novedades), se
pregunta si no habrá llegado a ese punto en el que se habrá convertido en un
cascarrabias o (peor, mucho peor) en un esnob al que ya nada podrá ya
sorprenderle. Por suerte siempre llega algún libro a rescatarle a uno de esas
tribulaciones; entonces las sospechas de pesadilla se esfuman y te encuentras
de nuevo leyendo un libro que te arroba de principio a fin y lo lees con
delectación glotona, saboreando cada una de las palabras y de las páginas que dejas
atrás. Claro, con este párrafo introductorio, posiblemente este libro del que
hablamos hoy, Monasterio, de Eduardo
Halfon, ahora decepcione al que se lance a leerlo porque las expectativas
creadas son altas, pero dejadnos analizarlo un poco para ver si logramos
convenceros de su lectura y que, después, seáis vosotros quienes decidáis si
merece la pena o no.
En Monasterio,
Eduardo Halfon narra una visita a Israel con su familia porque su hermana, que
se ha pasado a la ultraortodoxia del judaísmo, les ha invitado a su boda. Él,
por tanto, se encuentra con sus raíces, con la cultura judía, y lo que ve allí
va decepcionándolo poco a poco. En el
aeropuerto se encuentra con una mujer con la que tuvo un encuentro hacía unos
años en una taberna irlandesa en Guatemala y allí, en Israel, se ve con ella,
lo que ayuda a que recuerde cómo la conoció y a que ahonde aún más en su
memoria.
También pasean él y su hermano con su futuro cuñado por las calles de
Jerusalén. El cuñado les mostrará la zona donde se reúnen los ultraortodoxos,
les señala a los rabinos más conocidos de la ciudad y ellos, cínicos y
escépticos, desapegados de la fe judía, lo dejan hacer mientras entre ellos
apenas pueden creer lo que ven. En la novela también se cuela un viaje a
Varsovia en el que él decide visitar el edificio donde los nazis capturaron a
su abuelo, que después de sobrevivir a los campos de exterminio se marchó a
Guatemala y decidió no saber más de ese país, Polonia, que según él lo había
traicionado. Por eso su familia era de las pocas familias judías de
Guatemala.
No hay que buscar en Monasterio
preciosismo ni alharacas. Ni falta que hace, porque la precisión de Halfon y
ese aire con el que narra, que a veces parece indiferente, son el principal acierto
de la obra. Eso y una repetición frecuente de estructuras gramaticales que
hacen que sintamos que estamos leyendo la Torah. La narración salta una y otra
vez al pasado, pues el libro no deja de ser un ejercicio de memoria, una
búsqueda de esas raíces con las que el narrador apenas se siente identificado. Tanto
es así que se atreve a calificar ciertas opiniones de algunos judíos como propias de los nazis. Tampoco tiene miedo de
hablar de la situación de los palestinos y del odio que les profesan los judíos
que viven en Israel.
Todo ello desemboca en unas páginas finales en las que uno
debería estar aislado del mundo cuando las leyese, oyendo solo con la mente las
palabras del narrador, cuando la antigua amiga le recrimina el que en un sueño
se haga pasar por alguien que no es judío. Esas páginas finales son hipnóticas y
están escritas como solo los grandes pueden hacerlo. Suponen un cerrojazo
genial al libro, que parece prepararnos durante todo el tiempo para alcanzarlas.
No sabemos cuánto del Halfon biográfico hay en este libro, y
tampoco nos interesa: no somos mitómanos. Nos interesan las emociones y la reflexión
acerca de la pertenencia a un grupo al que uno no le han preguntado si desea
estar incluido en él o no. Nos interesa la sensación de desapego, como esa en
la que un miembro de la familia no siente nada en común con sus miembros, salvo
la mera proximidad genética. Nos interesa ese fotógrafo ciego que captura a
niños palestinos con su cámara. Nos interesa la reflexión histórica acerca del
pueblo perseguido que se convierte, con el tiempo, en aislacionista, represor, cínico y radical. Nos interesa y nos fascina la valentía de Halfon al escribir ese libro.
Nos entusiasma su forma de narrar. Y os dejamos ya, que tenemos que salir a la
librería más cercana a hacernos con todos sus libros.
Título: Monasterio
Autor: Eduardo Halfon
Editorial: Libros del Asteroide
Páginas: 128
Precio: 13,95 eur (rústica)
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