lunes, 6 de octubre de 2014

Entrevista: Palmira Márquez, directora y socia de la agencia literaria Dos Passos

Habitualmente, cuando no sabemos de qué hablar, iniciamos una conversación recurriendo al tan socorrido tiempo. Existe el tiempo meteorológico, el absoluto, el relativo, el que se mide en días, o el que se mide en años. Pero sea cual sea el tiempo sobre el que hablemos, no cabe duda de que este es inevitable, tanto como su falta hoy en día. Por eso, desde aquí, queremos agradecer a Palmira Márquez, directora y socia de la agencia literaria y de comunicación Dos Passos, que nos haya dedicado, dentro de su habitual escasez de tiempo, un rato para compartir con ella preguntas sobre el papel de las agencias literarias y del mundo editorial.

P: ¿Qué es Dos Passos?

R: Es una agencia literaria en la que representamos los derechos de autor de casi cincuenta escritores, tanto en español —para España y Latinoamérica—, como en el extranjero, tratando de buscar siempre la mejor editorial para sus obras, aquí y en el resto del mundo. Pero nuestro trabajo no acaba aquí sino que trabajamos también para que esos libros se conviertan en adaptaciones audiovisuales (cine, series de televisión, teatro…). En Dos Passos estamos cerca del autor, le asesoramos en cuestiones de editing y nos hacemos cargo del trabajo burocrático, controlamos las tiradas, estamos al tanto de las ventas, de las liquidaciones… A todo esto que, a grandes rasgos, es lo que debe hacer una agencia literaria, en Dos Passos tenemos el valor añadido de la comunicación, puesto que tenemos otra línea de negocio que es la agencia de comunicación, y desde ahí nos encargamos de promocionar las obras de nuestros autores y alargar así la vida mediática de los libros y la imagen de marca del propio autor. 


P: ¿Qué os impulsó a comenzar el proyecto?

R: En 2001, cuando dejé de dirigir la comunicación de las librerías Crisol, comencé de freelance en la gestión cultural, y en el año 2003, con mi socio Miguel Munárriz, pusimos en marcha la agencia, primero en el área de la comunicación y poco después, además, como agencia literaria. Esto era algo que teníamos pensado a medio plazo, pero se fue gestando más rápido porque los escritores amigos con los que habíamos trabajado nos animaron a ello; algunos, poco menos que nos obligaron a ser sus agentes. Y así es como comenzó todo.


P: ¿Quiénes formáis el equipo de Dos Passos?

R: Yo dirijo la agencia con el apoyo y la colaboración constante de mi socio, Miguel Munárriz. Ludovic Assémat se encarga de los derechos internacionales y de muchas más cosas; Rocío Niebla está conmigo en la agencia literaria y coordina la comunicación de los autores y la promoción de Dos Passos en las redes sociales; Carolina  Abellán está en la agencia de comunicación, contando con el apoyo de freelances cuando hay mucho trabajo, y recientemente contamos con Álvaro Domínguez, joven promesa con un magnífico perfil; más un administrativo, un abogado experto en derechos de autor y una red de lectores con muy buen criterio.


P: ¿Cuál crees que es la misión de una agencia y qué perfil debe tener un  agente literario?

R: El objetivo, sobre todo, es lograr la profesionalización de los autores a los que representa, es decir, conseguir que puedan vivir de la literatura, y eso tan difícil se hace con la internacionalización del autor. El objetivo principal es que los escritores de la agencia sean leídos por el mayor número de lectores en el mayor número de idiomas posible. Por supuesto, también defender sus derechos e intereses. 
Y en lo que se refiere a las cualidades del agente, lo primero es tener un amor profundo por la literatura. Algo para lo que se necesita formación y tiempo. Pero además, el agente tiene que tener olfato para reconocer el valor literario de una obra, y al mismo tiempo saber si podría cumplir con las demandas del mercado. Hay que tener capacidad de relación, continuada y fluida, con los autores. Hay que ser agente, y también amigo, psicólogo, confidente… Y lo mismo ocurre en la relación con el editor, una relación que debe basarse en cuatro pilares básicos: comunicación, transparencia, confianza y confidencialidad. 

P: Vosotros, como has dicho antes, hacéis también el papel de pre-editor…

R: Sí. El agente literario ha tenido hoy que reconvertirse, por las reglas del mercado, en muchas más cosas. Ahora debemos ir mucho más allá y acompañar al escritor en todo el proceso creativo. Leer simultáneamente al tiempo que escribe la obra, si lo demanda, o bien, finalizada, hacer un editing para cuando la presentemos a un editor. Hay que conseguir entrar en el catálogo de la mejor editorial posible, tanto aquí como fuera. Después, cuando la novela se coloque en las librerías, hay que seguir ayudando porque la competencia es feroz, y aunque cada editorial tiene su propio departamento de prensa, no pueden dedicarle todo el tiempo que necesita cada libro. En Dos Passos alargamos la vida mediática del libro para que el librero tarde más en levantarlo de la mesa de novedades. 


P: ¿Qué requisitos debe tener un autor para convertirse en representado de Dos Passos?

R: Sobre todo tiene que hacerme creer en el libro que estoy leyendo. Actualmente hemos cerrado la admisión de nuevos autores porque todo este trabajo del que hemos hablado lleva mucho tiempo y para nosotros, si tuviéramos más autores, sería inabordable en estos momentos: preferimos que sean pocos, pero bien representados. Tampoco podemos cerrar la puerta a algo que nos llegue y nos guste mucho. Por eso el requisito fundamental es que la obra me enamore. Yo leo mucho con las tripas, por eso la obra me tiene que hacer sentir: llorar, cabrearme, reír…, sobre todo que no me deje indiferente, que vea algo distinto en ella. 


P: Esta pregunta sabemos que es maliciosa pero tenemos que hacerla. Si te llegase una obra de un autor que no te gustase pero que supieses que iba a vender mucho, ¿lo aceptarías en la agencia?

R: Sí, claro. Yo creo en todo lo que represento de una manera u otra. Por tanto, puede que a mí, como lectora, me guste un cierto tipo de literatura, pero también puede ocurrir que a esa otra lectora que es la agente literaria, y que representa a una empresa, si es algo que se ajusta a lo que demanda el mercado y que tiene fácil comercialización y puede convertirse en un éxito, pues no voy a cerrarle las puertas. De hecho, creo que si alguien te dice que no, estaría mintiendo. 


P: Es que, claro, por un lado está aquello romántico de la literatura, pero por otro lado hay que pagar las facturas a fin de mes…

R: Por supuesto. Hay que defender siempre la calidad literaria y apostar siempre por ella. Creo que hemos perdido mucho tiempo para educar buenos lectores, no sé si eso es ya recuperable o no. Pero sí es cierto que  a veces, la mayoría de las veces, lo que más vende no coincide con la mejor literatura. 


P: En realidad, esa pregunta maliciosa estaba pensada más bien al contrario, es decir, qué ocurre si te topas con un autor con una calidad muy alta, pero que sabes que va a vender poquísimo.

R: Casi siempre he aceptado su representación. Tengo ejemplos de autores que sé que tienen una calidad extraordinaria y que no son capaces de romper la barrera de los 3.000 ejemplares vendidos y que sé que son excelentes autores, de esos que en otros países seguramente serían mucho más promocionados y venderían bastante más. Pero estamos en un país con índices de lectura bajos y dentro de esos índices se leen sobre todo best-seller. Ahora, yo no cierro la puerta a quien tenga calidad literaria porque si no es aquí será en otro sitio, pero al final a ese autor se le terminará leyendo. Y yo soy optimista, siempre pienso que al final se le dará la vuelta a esta tortilla que está algo quemada por los bordes. Creo, además, que debemos, más que nunca, atender de la mejor forma a los lectores de verdad, y eso se hace poniendo buenos libros en las librerías. 


Fotografía de Rai Robledo
P: Tenéis sobre todo autores españoles, ¿no?

R: Sí, son casi todos españoles y muy pocos latinoamericanos. El objetivo principal de la agencia era descubrir voces nuevas y que esos autores creciesen con Dos Passos porque solo llevamos 11 años como agentes literarios. Por eso queríamos buscar a autores que hicieran carrera con nosotros. 


P: Cambiando de tema, tenéis un premio literario en marcha.

R: Sí, ha tenido muy buena acogida y hemos recibido más de mil manuscritos. Lo que queremos con este premio es descubrir nuevas voces. Soñando un poco, piensas en encontrar algo así como Nada, de Carmen Laforet, cuando ganó el premio Nadal. Y seguramente entre tantos manuscritos que nos han llegado hay algunas cosas interesantes. De hecho, si hay algo bueno de este trabajo es poder encontrar a gente brillante. El premio está bien remunerado, con 12.000 euros, gracias a Ámbito Cultural de El Corte Inglés, además de que la obra se publicará y no lo hará cualquier editorial sino que será Galaxia Gutenberg, que es una de las editoriales literarias de más prestigio. El ganador, además, pasará a formar parte de la nómina de autores representados por la agencia, por lo que creemos que el premio está muy bien.


P: Ahora vamos con preguntas más generales acerca del mundo de la edición. ¿Qué opinión te merece hoy día el mundo editorial?

R: Creo que tenemos un sector del libro muy potente, que en España se edita bien, pero estamos atravesando el peor momento de la historia editorial por varias circunstancias: por la crisis, obviamente, porque la gente tiene menos poder adquisitivo y por tanto compra menos libros, aparte de que en este país nunca ha sido una necesidad leer. Además, la piratería nos ha hecho un daño terrible. De hecho creo que es el principal problema que tenemos y estaría muy bien que el gobierno y las administraciones tomaran conciencia de ello. Según estadísticas, el 80 % de la gente que lee en tableta lee libros pirateados y eso es muy grave, no solo por el daño que le hacen al principal sector de la industria cultural del país, que es el del libro, sino también por el daño que se hace a la cultura en general. La propiedad intelectual y los derechos de autor están para respetarlos.


P: Además eso afecta a otros negocios, como las librerías…

R: Sí, y es una pena porque poco a poco se está perdiendo la figura del librero tradicional, el que te recomienda algún título porque conoce tus gustos. Pero es que desde 2012 han cerrado 2.500 empresas culturales en España. Ese dato es escalofriante y evidencia que la cultura en este país no se está cuidando.


P: ¿Qué opinión te merece la autopublicación?

R: Partamos de la base de que todo autor escribe para ser leído, de modo que si todas las puertas se le cierran, entonces optará por la autopublicación. Pero yo, a pesar de todo, sigo defendiendo el papel del editor, que creo que es fundamental. ¿Qué hubiera sido de nosotros sin editores como Barral o Herralde? El oficio del editor hay que defenderlo pero soy consciente de que si a alguien no le ofrecen posibilidades, entonces la única salida que tiene es la autopublicación. El problema es cómo discriminar dónde está lo bueno. Muchos de los que escriben, de hecho, no son auténticos escritores. Últimamente me doy cuenta de que todo el mundo escribe, y quizá por eso la gente no lee, porque está todo el mundo escribiendo (risas).  

P: Por último, ¿cuáles son los planes futuros de Dos Passos?

R: De momento mantenernos como estamos y seguir trabajando duro por los autores de la casa, en los que creemos, y abrirles las puertas en el extranjero. Además queremos seguir trabajando los libros como contenidos de proyectos cinematográficos porque sé que en este país tenemos muy buenos guionistas pero soy una convencida de que las grandes historias están sobre todo en los libros. Los tenemos muy buenos y pueden convertirse en excelentes películas si trabajamos bien con las productoras. Por supuesto, queremos que nuestros autores se sientan satisfechos de estar con nosotros. Y como un sueño a corto plazo, que consigamos encontrar a algún buen autor en el concurso literario que tenemos en marcha.


Dos Passos. Agencia literaria y comunicación
http://www.dospassos.es

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