Qué decir a estas alturas acerca
de Cortázar, cómo comenzar a hablar sobre él sin caer en lugares comunes, cómo
decir algo nuevo sobre una obra que ha sido analizada hasta el límite de la
coma, la vida de un autor que ha sido examinada hasta el último pelo de su
barba. Por eso, para celebrar estos 100 años que hoy hubiese cumplido el gran
Julio Cortázar, el mejor homenaje que podemos hacerle es hablar sobre sus
obras. No se trata de un análisis profundo de sus textos ni de ser exhaustivos en las descripciones, sino de invitar a su lectura y, qué diablos, a su relectura, porque sus textos ganan
mucho cuando uno vuelve sobre ellos con ojos nuevos.
Por eso lo que proponemos es un
repaso a gran parte de su obra y a los que, a nuestro juicio, son sus mejores
textos. El único fin de todo esto es que corráis a vuestras estanterías o a la
biblioteca o librería más cercanas y cojáis uno de sus libros, os perdáis en
él y disfrutéis con el ritmo de su prosa, con sus grandes relatos y sus
experimentos incesantes. Vamos allá con algunos de sus libros:
Bestiario. Conjunto de relatos
entre los que destaca «Casa tomada», que Borges afirmó haber sido el primero
en publicarlo, aunque parece ser que se trata más bien de un mito. Son excelentes también «Carta a una
señorita en París», en el que se plantea la muerte de unos conejitos, y
«Bestiario», probablemente el mejor relato del volumen por su experimentalismo.

Las armas secretas. De este
volumen nos quedamos, sin lugar a dudas, con «El perseguidor», un relato
inspirado en el saxofonista de jazz Charlie Parker, una de las debilidades de
Cortázar junto al boxeo. Se trata de un relato largo en el que un crítico de
jazz intenta ayudar a un saxofonista (Johnny Carter) a salir adelante. Ha perdido
su saxo en el metro y necesita otro para tocar, pues la música es el único
ámbito de su vida en el que Johnny parece desenvolverse con soltura. El relato
es uno de los mejores que se escribieron en el siglo pasado, y lo decimos sin
pelos en la lengua.
Los premios. Es su primera
novela. Partamos de que el Cortázar novelista fue inferior al
Cortázar cuentista. No se trata de una gran novela, aunque da alguna idea de por dónde
iría después Rayuela, su gran obra. En ella se narran las peripecias de los
pasajeros de un barco que han de resolver un enigma y lo hacen, no podía ser de
otro modo, jugando. Según nuestra opinión, una novela prescindible.



La vuelta al día en ochenta
mundos. Uno de los mejores libros de Cortázar, creemos, por lo que tiene de experimento.
Mezcla relatos, ensayos y reflexiones con ilustraciones y fotografía. A estas
alturas Cortázar hacía lo que le daba la realísima gana en sus libros y este es
un ejemplo perfecto de ello. No está indicado para lectores convencionales sino para aquellos que buscan ir siempre un paso más allá en literatura. Esta
repleto de humor, de análisis literario muy serio (el artículo sobre el Paradiso de Lezama Lima es una maravilla)
y aquí ya comienza a verse de veras el giro a la vertiente política del escritor argentino que posteriormente se vería en algunos
de sus libros.
62 modelo para armar. El capítulo
62 no existía en Rayuela y Cortázar creó una novela a partir de él. Es inferior
a Rayuela, aunque mantiene esa misma búsqueda formal y trata de ampliarla a otros campos. Sin embargo, si no se ha leído Rayuela, uno
nunca debería empezar por esta. Si te apasionó la primera, entonces tal vez te guste
esta. Para nosotros, un libro de Cortázar sin el que no nos perdemos lo mejor de su producción.
Último round. Similar a La vuelta
al día en ochenta mundos, es una miscelánea de relatos, ensayos (el que habla
acerca del relato breve es de lectura obligatoria), También hay poesía
(interesante la Poesía permutante creada junto a Octavio Paz al estilo de los Cien mil millones de
millardos de Raymond Queneau). El libro está repleto además de fotografía e
ilustraciones. Se trata de un libro para fieles de Cortázar, y para los que buscan libros extraños que no tienen por qué mantener necesariamente una unidad temática. Guarda algunas
joyas que no vamos a desvelar.
Libro de Manuel. Posiblemente lo más flojo de Cortázar. Tampoco él
acabó muy satisfecho con la obra, a tenor de lo que dijo tiempo después sobre ella. El libro seguramente se vio lastrado por su excesiva carga política que ni siquiera los militantes de izquierda entendieron. Aun así,
un libro de Cortázar nunca es malo, pero quizá es el más destinado a
incondicionales del autor (especialmente a aquellos que ensalzan su vertiente reivindicativa). Construido a
partir de diálogos y artículos periodísticos, nunca llega a atrapar, ni por su
estilo ni por lo narrado.

Alguien que anda por ahí. Aunque
hay varios relatos interesantes en este volumen, nos quedamos con dos, por ser
raros en la producción de Cortázar, con un corte más realista y con un tufillo a novela negra de la buena. Esos dos
relatos son «Alguien que anda por ahí» y «La noche en mantequilla», narrados con un
ritmo calmado, pero capaces de crear una tensión que solo los buenos escritores
son capaces de lograr.
Fantomas contra los vampiros
internacionales. En su afán por experimentar con distintos géneros, Cortázar
escribió un texto para este cómic, de carácter político y satírico, donde es
curioso ver a Fantomas acompañado de autores literarios como Alberto Moravia,
Susan Sontag u Octavio Paz en lucha contra las multinacionales. Vale más como curiosidad
que por su valor literario. Y si uno lo tiene en su estantería puede fardar de tener una rareza de Cortázar.
Un tal Lucas. No se trata de
relatos, ni de ensayos, sino más bien reflexiones, a veces a medio camino con
el relato, muchas de ellas en clave de humor (Cortázar nunca hubiese sido
Cortázar sin el humor), aunque no se olvida de la parte reivindicativa, que ya no lo abandonaría en el resto de su obra. Difícil destacar pasajes de este libro compuesto a
partir de textos muy breves que es mejor degustar de a poco, leer tres o cuatro
cada día y dejarse llevar. En muchos casos parece ser un libro autobiográfico en el que juega con eso que está tan de moda ahora, la autoficción y que él ya ensayaba por entonces. Muy recomendable, uno de nuestros libros preferidos, aunque sea
de los menos conocidos.
Queremos tanto a Glenda. Seleccionamos
de este volumen el relato que le da título, en el que unos seguidores de la
actriz Glenda Jackson se proponen mostrar la perfección de la actriz, aunque no
contaban con cierta decisión de ella que trastocará sus planes; y «Grafitti» en
el que se establece una relación entre dos personas que realizan pintadas en la
calle. Un conjunto desigual de relatos pero que aun así no defrauda.

Papeles inesperados. Formado por
textos que encontraron en un cajón hace unos años. El hecho de que no hubiesen
sido publicados en vida de Cortázar dice mucho sobre la pertinencia de su
publicación. No nos perdíamos nada del gran Julio sin ellos, aunque se agradecen algunos textos sobre Lucas que no aparecieron en el libro original. Este libro nos dio la
oportunidad, eso sí, de leer textos inéditos suyos, pero de poco interés, como ya ha quedado dicho. Este es otro libro para incondicionales del autor.
Sabemos que nos dejamos algunos
títulos en el tintero, pero creemos que la lista es lo suficientemente extensa
como para comenzar a explorar la obra de Cortázar. Por otro lado, nos gusta
hablar únicamente de los libros que conocemos y, para muestra, la foto que
descubre nuestra obsesión por el autor argentino.
Muchas felicidades, Julio. Te seguimos leyendo.
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