Gordon Lish, a pesar de ser conocido por ser «El hombre que
reescribía a Carver», es otras muchas cosas: fue profesor y director de
estudios en California; fundador de la revista Genesis West; editor de la revista Esquire, donde ayudó a muchos escritores como Richard Ford, Don
DeLillo, Cynthia Ozick o Carver. Fue también editor de Knopf y precisamente fue
en esta editorial donde Lish desarrolló una de sus facetas menos conocida, la
de escritor. Publicó varias obras de ficción, entre las que se encuentran Dear Mr. Capote, What I know so far, o Peru.
En España se han publicado dos de sus libros de la mano de la editorial
Periférica: Perú, posiblemente su
mejor obra de ficción, y Epígrafe (Epigrah, en el original).
Epígrafe es un libro en el que el protagonista, un hombre llamado Gordon
Lish (¿historia autobiográfica?) acaba de perder a su mujer y escribe una serie
de cartas a congregaciones, funcionarios, señoras que tuvieron relación con su
esposa, para mostrarles el dolor que siente ante la pérdida de un ser tan
querido. Las primeras cartas tienen un tono irónico que roza lo cáustico sobre
temas religiosos y la compasión, para llegar a las últimas con sentimientos de
impiedad y culpa. Es un texto complicado, en el que se necesita el aporte del
lector, al que en algún momento le puede recordar la obra de Delibes, Cinco horas con Mario.
Perú es una historia complicada de manejar. Narra la historia de un
niño que con seis años mata a otro de la misma edad mientras juegan en un cajón
de arena. La historia es narrada por el niño protagonista cuando ya es adulto y
padre a su vez de un niño que tiene más o menos la edad que tenía él cuando
ocurrió el fatídico suceso. Un aspecto muy interesante de la novela es que los
hechos no están contados en serie, sino que narra una pequeña historia desde un
punto A hasta un punto Z, y a continuación vuelve a otro punto (B) para avanzar
hasta el punto Z. Pero además, mientras que en Epígrafe se puede intuir la similitud de la escritura de Lish con
su faceta de editor, en Perú ya es
mucho más evidente, ya que oculta datos y los distribuye para hacer partícipe
al lector:
«No hubo gritos ni alaridos, ni nadie que dijera «¡Detente!» o «¡No lo hagas!». Ni siquiera él mismo, ni por un momento, dijo algo así, pero ahora que sé lo que sé, puedo decir que todo es perfectamente lógico, todo tiene mucho sentido, y puedo decir también que no hay nada extraño en cómo encaja todo a la perfección.»
La técnica del neoyorquino más que parecerse a la de un iceberg, es más similar a un
pestañeo, pues en esas milésimas de segundo dejamos de percibir una información
crucial para el devenir de los hechos y el cerebro debe completar ese vacío.
Con estas herramientas es capaz de dirigir nuestros sentimientos para que a
veces nos sintamos cerca del niño y deseemos ayudarlo, y en otras ocasiones nos
alejemos y deseemos que corra la misma suerte que el niño al que asesinó. Nos
hace ser cómplices de la historia:
«Preguntaos una cosa, preguntaos si recordáis haber tenido una sensación como esta.»
«Va a ser muy difícil hablaros sobre poesía. Vais a tener que ir hacia atrás con vuestra mente clara para recordar lo que os voy a decir sobre algunos poemas, rimas, para recordar lo que intentaré contaros.»
Gordon Lish intenta hacer en sus novelas lo que procuró hacer como
editor (o viceversa), por eso, estos dos libros no solo nos harán conocer
más al Lish escritor, sino que también nos permitirá conocer un poco más el estilo que ha vertido en las obras de otros autores.
Título: Perú
Autor: Gordon Lish
Traductor: Israel Centeno
Editorial: Periférica
Páginas: 224
Precio: 18,5 eur (rústica)
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