En pleno barrio de Malasaña de Madrid, cerca del Centro Cultural Conde Duque, se encuentra la Plaza de las Comendadoras, lugar en el que se levanta el convento que da nombre a la plaza y que pertenece a la orden de Santiago. Hoy en día es un espacio abierto, peatonal, que ofrece descanso al visitante y a los vecinos de las agitadas calles de Madrid. En este lugar hemos quedado con los editores de una nueva editorial orientada a la literatura LGTBI pero con miras más amplias, que tratan de escapar de estereotipos encorsetados. Dos personas, Alberto y Gonzalo, con Dos bigotes:
P: ¿Cuál ha sido el origen de Dos Bigotes y por qué os habéis embarcado en la creación de la editorial?
A: Somos periodistas, trabajábamos en la misma empresa, y el año pasado nos quedamos en paro. Desde hacía tiempo veníamos pensando en hacer algo juntos, pero con nuestros empleos era difícil porque además prácticamente no nos veíamos. Así que, cuando nos quedamos desempleados fue la oportunidad para pensar qué queríamos hacer. Llevábamos tiempo pensando en crear una editorial, por lo que comenzamos a ver posibles catálogos, ver qué se estaba haciendo en España, y llegamos a la conclusión de que lo mejor era especializarnos en algo y nos decidimos por la temática LGTBI (las siglas que designan al colectivo de lesbianas, gays, personas transgénero, bisexuales e intersexuales). Hicimos un recorrido de autores fuera de España y nos dimos cuenta de que hay muchos autores muy interesantes relacionados con esta temática que no están publicados aquí, y de esta forma podríamos aportar algo nuevo al sector, ya que consideramos que había un hueco para estos temas, y sobre todo con la intención de llegar a todo el mundo, no solo al público LGTBI, que le guste la buena literatura y se pueda ver identificado de algún modo.
G: El reto es trascender la barrera que existe entre la literatura gay y lésbica, y el público generalista ofreciendo libros que puedan tener interés para todos los públicos, con calidad y con un diseño atractivo. Hacer algo que hasta ahora no se ha hecho de una forma tan clara.
A: Aunque se ha dicho mil veces, la literatura es una herramienta que permite derribar prejuicios y barreras, por lo que como tampoco sabíamos si en el futuro, tal y como está hoy el sector editorial, iba a existir un momento mejor, pues nos lanzamos.
P: ¿Ha sido fácil comenzar con ello? Nos referimos sobre todo a temas de promoción y distribución, que suelen ser los pasos más complicados para una editorial nueva.
A: Ha sido más fácil de lo que pensábamos en un principio. Hemos encontrado autores dispuestos a publicar con nosotros, editoriales extranjeras dispuestas a vender derechos de autor, hemos recibido la ayuda de libreros y editores y también a la hora de encontrar la mejor opción para la distribución, que tras presentarles el proyecto, les gustó y cerramos el acuerdo en diciembre. Es un sector que está abierto a nuevas iniciativas. Cuesta arrancar y hacer contactos pero, ya sea por la crisis o por otros motivos, las personas están dispuestas a ayudar. Lo complicado, más que producir un libro, es que se venda. Ahora la gente se lo piensa mucho antes de comprar un libro, o en lugar de comprarse cinco se compra uno. Y sin duda, lo más complicado es que la gente se entere de nuestra existencia y que se interesen por los libros. Somos conscientes de que es una carrera a medio o largo plazo.
G: Sabemos que tenemos que ir sacando títulos, e ir poco a poco, cosechando.
P: Habéis publicado vuestros dos primeros títulos, El armario de acero y Los deseos afines, y habéis anunciado: Imre: Una memoria íntima ¿Qué podéis contarnos acerca de ellos?
G: El armario de acero, que es el primer título, es un proyecto totalmente personal. Nos interesó a raíz de las leyes contra la propaganda homosexual dictadas por Putin el año pasado. Nos interesaba saber qué se estaba publicando, qué tipo de literatura LGTBI se estaba publicando en Rusia. Investigamos y descubrimos que existía una antología de una editorial estadounidense que se publicó a mediados de los 90 en San Francisco. Contactamos con el editor de la antología y nos sugirió que fuésemos a las fuentes originales. No obstante, vimos que el libro llegaba hasta 1997 y a nosotros nos interesaba más lo que estaba escrito a partir de esos años hasta ahora. Buscando también en Internet, encontramos a Dimitry Kuzmin, un crítico y poeta ruso, nos pusimos en contacto con él y nos remitió una veintena de autores de poesía y prosa rusos. Doscientas páginas en ruso que evidentemente no pudimos leer (risas), así que buscamos a alguien que nos hiciese un informe de lectura. Tuvimos un pequeño accidente con una traductora que ni siquiera quiso hacernos el informe de lectura porque no estaba de acuerdo con la temática. Finalmente contactamos con un traductor allegado y comenzamos a enviarle los textos. Él nos enviaba los informes de lectura, y Alberto y yo íbamos haciendo la selección. La mayoría de los autores que se encuentran en el libro no están traducidos a otro idioma que no sea el ruso. Solo dos, uno en inglés y otro en italiano, todos los demás son inéditos, lo cual hace que sea un valor añadido.
A: Son diecisiete autores, catorce hombres y tres mujeres, de edades comprendidas entre los veinticinco y los cincuenta años, y que están dentro de la mejor tradición de la literatura rusa. Hay un poco de poesía, pero sobre todo, son relatos de ficción y con ellos te puedes hacer una idea general de la situación de gays y lesbianas en Rusia.
P: ¿Tienen problemas ellos para publicar allí?
G: Ellos publican por cauces no oficiales. Es curioso porque todos los autores nos han cedido los derechos gratuitamente para, de esta forma, protestar contra de las leyes de Putin. La mayoría de estos autores lo publican casi todo en Internet de una forma un tanto clandestina, pero lo hacen porque lo que les interesa es que los lectores puedan acceder a los textos.
A: Los deseos afines son relatos de autores africanos. Estos dos libros representan una de las líneas que tendrá la editorial, una línea «reivindicativa», es decir, dar voz a autores en países donde ser gay o lesbiana es un motivo de persecución o discriminación. Son dieciocho autores, nueve hombres y nueve mujeres, y son historias que van más allá del tema de ser gay o no, es decir, se abordan temas sociales, raciales, bélicos, son sentimientos universales que sirven para dar una visión general del continente africano que puede ser muy enriquecedora. Los relatos de estos autores africanos son textos más realistas, costumbristas, al contrario que los rusos que son más surrealistas, más complejos. Y, por otro lado, Imre, es una novela de 1906, que forma parte de otra de las líneas editoriales, la de los clásicos de la literatura gay y lésbica que no han sido publicados en español. Esta novela pasó a la historia de la literatura por ser la primera obra anglosajona que trató abiertamente la homosexualidad con un final feliz, ya que hasta entonces siempre se había visto la homosexualidad en los libros a través de personajes torturados, con conflictos psicológicos, o que acababan suicidándose. Imre es una obra más luminosa, que rompe con esos estereotipos, ambientada en Hungría, en la época de la Belle Époque.
G: Es una novela que está muy vigente, la lees hoy en día y te das cuenta que la visión que se tenía de la homosexualidad a principios del siglo XX es muy similar a la que existe hoy en día.
P: Habéis comentado dos líneas, una más «reivindicativa» y otra la recuperación de clásicos ¿Tenéis pensada alguna línea más?
A: Sí, queremos publicar autores noveles. De hecho, el año que viene nos queremos centrar en autores que escriban en español. Tenemos en mente a algunos cubanos y de otros países latinoamericanos. Como líneas editoriales serían esas tres. Pero no obstante, al margen de esas tres líneas estamos abiertos a cualquier cosa que tenga calidad. Queremos también publicar alguna novela gráfica, mientras que la poesía, teatro o el ensayo, de momento no vamos a abordarlos. Pero en el futuro puede ser posible que publiquemos algo de poesía o de ensayo si encontramos algo que nos guste y que tenga calidad.
G: Como ha comentado Alberto tenemos en mente las novelas gráficas y la búsqueda de nuevas voces. Hay mucha literatura gay y lésbica que no llega porque no hay editoriales que las publiquen ahora mismo.
A: Como labor de editorial queremos descubrir nuevos talentos, pero estamos abiertos a publicar cualquier cosa que nos guste como lectores.
G: La clave es publicar algo que te gustaría leer, y si además luego tiene un plus, como Imre, que es una novela inédita, mejor. Pero si encontramos algo por el camino que nos interese lo publicaremos.
P: ¿Qué acogida están teniendo vuestros libros y la editorial en general en las presentaciones que estáis teniendo?
G: Muy buena. Lo mejor de todo esto está siendo la acogida, no podíamos pensar que fuese a ser tan buena, está superando las expectativas. Más allá de las ventas, el contacto con los lectores y con la gente a través de las redes sociales está siendo genial. Mucha gente nos está felicitando porque venimos a llenar un hueco dentro del mundo editorial. Estamos muy contentos. Tuvimos una presentación en Lavapiés donde dos o tres personas nos comentaron que Los deseos afines les había emocionado hasta llorar, y eso es muy bonito, que un lector te diga eso de un libro sobre el que has trabajado, al que le has echado muchas horas y cariño. Es la mayor recompensa, más allá de las cuestiones económicas.
P: Vamos a hacer edición-ficción: si tuvieseis mucho dinero y pudieseis publicar autores de otras editoriales, ¿a quién publicaríais sin duda?
A y G: Sarah Waters, David Leavitt o Alan Hollinghurst. Bastante parte del catálogo de Anagrama y de Cabaret Voltaire.
P: Vuestro compromiso con la temática referente al colectivo de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales es claro pero, ¿no creéis que eso puede limitar el público potencial de vuestros libros?
G: Esa es nuestra máxima preocupación desde que comenzó Dos Bigotes, ante lo cual estamos repitiendo continuamente el mismo discurso: que es literatura especializada, pero con los suficientes alicientes para que a cualquier lector le pueda gustar. Las barreras por una parte pueden ser nuestras, que nos especializamos, pero por otra parte también de los diferentes integrantes del mundo editorial. Por ejemplo, una librería como Berkana pide de nuestros libros 60 ejemplares y otras librerías del mismo tamaño piden solo uno. Creemos que todavía las etiquetas pueden provocar cierta reticencia. Pero estamos convencidos de que si ofreces buenos libros, al final todas esas cosas pueden desaparecer. Lo que era muy difícil, casi un suicidio, era salir como una editorial generalista. Además, queríamos especializamos y nos interesaba la temática, ya que creemos que había libros que merecían la pena publicar. Pero sabemos que ese riesgo está ahí, aunque creo que al final poco a poco los libros son los que van a hablar, y al final si a los libreros les gustan los recomendarán, es un proceso que se escapa un poco de nuestras manos.
P: Por suerte, en España los lectores se están abriendo mucho más a este tipo de asuntos, es decir, aunque como decís todo es paso a paso, cada vez los lectores se fijan menos en si tienen un libro de temática gay o lésbico.
G: Sí, claro. Al final lo que tiene que primar es la calidad de los libros.
A: Es lo que comentábamos antes de Los deseos afines, es el punto de partida para tratar cientos de temas más que no tienen nada que ver con la sexualidad, sino que son sentimientos universales, con los que cualquier lector se puede identificar, más allá de la identidad sexual de cada uno.
G: Eso es, puedes quedarte en el estereotipo y en el lugar común de cierta literatura gay, o puedes buscar diferentes puntos de vista para contar una historia, y es lo que estamos intentando hacer. No nos interesa tanto la historia de un chico de provincias que viene a Madrid porque eso está muy manido, pero hay muchas historias que se pueden contar y que están ahí. Queremos huir de las historias comunes porque tampoco nos interesan como lector.
P: Hace unos meses entrevistamos al que es el diseñador de la colección de Dos Bigotes, Raúl Lázaro. ¿Nos podéis contar algo sobre el diseño de vuestra colección y cómo se decide?
A: Estamos encantados con él, está ya cansado de que se lo digamos (risas). La idea principal era huir de estereotipos en el diseño de la colección y hacer algo diferente a lo que se está haciendo ahora en relación a la temática, que pueda llamar la atención. Nos gustan los libros, así que queríamos que fueran también objetos bonitos. Vimos los trabajos que estaba desarrollando Raúl, y pensamos que podía encajar en la idea que teníamos. Después de hablar con él nos gustó más todavía lo que hace. Le dimos total libertad para que hiciera el diseño de la colección. Mucha gente nos ha comentado que le gusta mucho el diseño de los libros.
G: La primera vez que quedamos con él nos comentó que había hecho algunos trabajos para algunas editoriales en las cuales siempre le habían cortado un poco las alas, pero nosotros le dimos total libertad.
A: Al principio el problema era que todo lo que nos enviaba nos gustaba, teníamos que elegir por descarte porque era imposible elegir. También nos hizo el diseño de las tarjetas de visita, nos propuso unos seis diseños y no pudimos quedarnos con uno, así que finalmente nos quedamos con tres.
G: Parte de que todo esto esté yendo tan bien es en gran medida por su trabajo.
A: Sí, de hecho hemos comentado alguna vez que el tercer bigote de la editorial es Raúl.
G: En el mundo editorial a veces se descuida el diseño, parece que lo que sobra del presupuesto es lo que se dedica al diseño, y por eso hay decenas de portadas que repiten una imagen de Hopper, por ejemplo. Está claro que las cosas cuestan y nosotros teníamos claro que el diseño era una de las partidas donde íbamos a invertir.
A: Y si en lugar de hacer diez libros, tenemos que hacer siete, pues hacemos siete, pero que lo que hagamos tenga calidad por el texto y por el libro en sí. Que se vea que detrás de cada libro hay mucha profesionalidad y cariño.
P: ¿Qué papel le atribuís a Internet y las redes sociales a la hora de promocionar vuestros libros y daros a conocer como editorial?
G: Tienen un papel importante. Ahora mismo estamos en un momento de transformación de la industria editorial pero todavía no nos estamos dando cuenta porque estamos inmersos en una crisis profunda y esta no nos deja verlo. Hay formas de promocionar o de darse a conocer que ya están obsoletas, por ejemplo, no sé si vale la pena anunciarse en un autobús o en una marquesina; sin embargo, las redes sociales, sobre todo para las editoriales más humildes, son una ventana en la que poder exponer tus eventos y tus novedades, y aparte, una cosa muy importante es que te permiten tener contacto con los lectores. Esa es una cosa que teníamos clara desde el principio, no queríamos tener un muro en Facebook cerrado, sino que queríamos interactuar con los lectores. Es decir, en ese sentido, parece que las redes sociales te permiten una forma de promoción más democrática, más abierta, pero tampoco sabemos las repercusiones que tiene. Evidentemente, sabemos que hay personas que nos han conocido a través de las redes sociales, pero no sé si eso se puede contabilizar de alguna forma.
P: ¿Tenéis pensado publicar vuestros libros en formato digital?
A: Al principio teníamos la idea de sacar al mismo tiempo el libro en papel y en digital, pero por cuestiones de tiempo y de trabajo nos ha sido imposible, así que nos lo planteamos para después del verano. Este asunto es parecido al de las redes sociales, tenemos que estar en todas partes aunque no sabemos muy bien la repercusión. Estamos en un momento de cambio y tenemos que dar la oportunidad al lector de elegir.
G: Y no hay que olvidar que el libro digital está en pañales, que estamos viviendo aún el nacimiento del libro digital.
A: Sí, existe una incertidumbre generalizada, en libreros, editores, autores, porque nadie sabe hacia dónde va a ir el libro digital. Llevamos cinco años escuchando que llega el libro digital y parece que nunca termina de llegar. Entonces, tampoco sabemos muy bien cómo evolucionará, pero creemos que tenemos que estar en todos los sitios y en todos los formatos.
G: Todo apunta a que van a convivir bastante tiempo el papel y lo digital, aunque nos da la impresión de que el libro digital donde puede ser más revolucionario es en el tema de la interacción. Porque lo que sí parece claro es que el actual modelo no es válido, es decir, no parece que tenga sentido que exista un libro en papel y en digital, y que el digital cueste dos euros menos que el de papel, ese es el peor modelo de negocio. Nosotros vamos lo más ajustado posible en papel y haremos lo mismo en digital, de hecho nos hemos puesto un tope para un libro en digital de cinco euros, porque no creemos que la gente quiera pagar doce euros por un archivo.
P: ¿Qué opinión os merece Amazon?
G: El problema de Amazon es que no sé si hay muchas más opciones si se quiere estar en el mundo digital, así que tienes que estar. Hay que jugar con los márgenes que te ofrece Amazon, tiene lo mismo de bueno como de malo. De todas formas, cuando de alguna forma te ves obligado a estar en algún sitio, no parece que sea demasiado bueno.
A: Obviamente, nosotros preferimos que sobrevivan las pequeñas librerías a que lo haga Amazon que ni siquiera le preocupa lo que hacemos.
G: Pero bueno, cuando nos llegue la hora del libro digital ya veremos qué y cómo lo hacemos. Desde luego, Amazon ha cambiado la forma de comprar un libro. Antes si quería comprar un libro de un autor italiano me tenía que ir a Italia, pero ahora lo tengo en un clic y al día siguiente lo tengo en casa. El acceso a la cultura que te ofrece es bueno, ahora, el precio que se paga…
P: ¿Cuáles son vuestros planes de futuro?
A: De momento sobrevivir este año y el que viene. Para este año tenemos el catálogo cerrado y para el que viene tenemos la mitad elaborado. Nos hemos dado dos años de margen para ver qué tal todo, evadirnos del tema de ventas, de todos los temas económicos. 2016 será un poco el año clave para ver si podemos continuar, confiamos que sí será posible. Estamos también interesados en Latinoamérica, de hecho estamos iniciando ya la exportación.
G: El objetivo es poder vivir de lo que nos gusta y ofrecer libros que a las personas les puedan gustar. Vivir de algo que te llena. Somos optimistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario