Si hace poco hablábamos de las partes externas del libro,
hoy nos centraremos en las tripas, en cómo está organizado su contenido y
cuáles suelen ser las prácticas habituales a la hora de presentar un texto. En
preciso aclarar antes que no todos los libros presentan estas partes ni todas
las editoriales colocan los elementos de un libro del mismo modo, pues aunque
hay ciertas costumbres heredadas desde antiguo, algunos editores tratan aún de
innovar y buscan nuevas formas que resulten más atractivas al lector, aunque no
siempre lo consigan. Pero, en términos generales, las partes internas del libro
son:
Guardas: ya dijimos que son más
bien partes externas de un libro porque sirven para unir las cubiertas a las
páginas, pero en ocasiones se utilizan para comenzar ya desde la apertura del
libro a imbuirnos en su estética. Un gran ejemplo de ellos son las guardas de Buffalo Bill Romance, de la editorial
Media Vaca.
Portadilla: es la primera página impresa impar de un libro. Suele llevar simplemente el título de la obra. Véase, por ejemplo, la portadilla del último libro de Vila-Matas, publicado por Seix Barral.
Portada: en ella se incluyen todos los datos relevantes del libro: título, autor, traductor (si lo hay), editorial, colección y año de impresión. Sin embargo, cada editorial tiene su forma de presentar las portadas y no todas indican esos datos. No debe confundirse, como habitualmente se hace, la portada con la cubierta de un libro. La cubierta es un elemento externo, mientras que la portada es un elemento interno. Aquí va un ejemplo de portada, en este caso de un texto de Robert Walser publicado por La uña rota.
Páginas de cortesía: son páginas en blanco que se colocan al principio y al final del libro. Habrá hasta un máximo de cuatro por cada lado, y dependerá del tipo de edición (y también de las páginas que le queden libres al editor sin tener que añadir un pliego más de papel).
Página de créditos: es esa página
tras la portada que casi nadie se para a leer y que, sin embargo, contiene
algunos de los datos más interesantes del libro. Aparece la editorial, el
título original (si se trata de una traducción), quién posee los derechos de
ese libro, y, en general, los nombres de aquellas personas que han participado
en la elaboración del libro, aunque es cierto que algunas editoriales se
olvidan de personas tan importantes como los correctores o los maquetistas. También
aparecen en esta página el número asignado en el Depósito Legal y el ISBN. Por
último aparecen las disposiciones legales que regulan los permisos para
reproducir o comerciar con el texto que contiene el libro. Esta que veis aquí
es un ejemplo de página de créditos bien trabajada. Es la de La casa de hojas,
coeditada por Pálido fuego y Alpha Decay.
Prólogo: puede pertenecer al autor del libro o a otro autor. Si es un prólogo del autor puede ser, o una introducción al texto principal, o un relato acerca de la génesis del libro. Si se trata de otro autor, nos encontramos ante textos elogiosos acerca de la obra que tratan de situar al lector en el contexto social y cultural en el que esta se escribió. Un ejemplo magistral de prólogo es el que escribió Borges para La invención de Morel, de Bioy Casares, que algún desalmado colgó aquí.
Nota a la edición: suele ser
habitual en las ediciones académicas. Las escribe el editor y suelen contener
aquellas dificultades o peculiaridades que se ha encontrado en el proceso de
edición del libro y cómo las ha ido solucionando. A menudo tienen un carácter
filológico, aunque no siempre, y muchas veces están relacionadas con la
traducción. Otras veces sirve para hacer notar de dónde procede el texto (por
ejemplo en libros de los que se conocen varias versiones). Este, por ejemplo, es
el comienzo de la nota de edición de Los comebarato,
una obra de Thomas Bernhard publicada por Cátedra.
Dedicatoria: en ella el autor dedica su obra a alguien o, a veces, a algo. Suele estar en la página anterior al comienzo del texto principal. Véase por ejemplo la primera dedicatoria, del último libro de Rodrigo Fresán publicado por Random House, o la segunda, una original dedicatoria que se encuentra en Ánima, de Wajdi Mouawad, publicada por Destino.
Cita: suele ser una frase o
fragmento breve de una obra que defina el texto o que puede contener elementos
útiles para comprender mejor la obra. En este ejemplo, se muestran las citas que abren Vituperio (y algún elogio) de la errata, publicado por Renacimiento.
Texto principal: es a lo que dedicamos más atención. Su extensión es variable y se puede organizar de diferentes formas: en capítulos, en epígrafes, con saltos de párrafo, o simplemente como texto corrido.
Epílogo: contiene elementos que
ayudan a concluir el libro, ya sea porque continúan la con la vida de los
personajes de una obra narrativa, ya sea porque buscan implicaciones más allá
del ámbito de la obra, en el caso de los ensayos.
Notas al pie: explicaciones que
se sitúan bajo el texto principal que explican conceptos o ideas del texto. En
los textos narrativos suelen evitarse para no interrumpir el ritmo de lectura,
aunque en ediciones académicas (por ejemplo las de Castalia o Cátedra) estas
notas pueden ser casi tan extensas como el texto principal.
Bibliografía: suele ser típica de
obras ensayísticas (de hecho, es más bien recomendable incluir esa sección si
se le quiere dar un aire de rigor al texto). A veces algunas obras de narrativa
contienen una pequeña lista bibliográfica en la que el autor quiere dejar
constancia de las fuentes que ha utilizado para escribir la obra.
Apéndices: son secciones que van después del texto principal y que suelen incluir textos o mapas complementarios al texto principal.
Glosario: es una relación de vocablos de los que se indica el significado. Se suelen utilizar en obras con muchos términos propios de una cultura determinada o, por ejemplo, en España, cuando se publican textos con muchos americanismos. El glosario puede considerarse como un apéndice más.
Agradecimientos: a veces se
incluyen en el prólogo del autor, pero otras veces se sitúan al final del
texto.
Índice: como su nombre refiere, indica las páginas en las que se encuentra cada una de las secciones del libro. Puede encontrarse al principio o al final del libro.
Colofón: suele ocupar la última parte impresa de un
libro. Habitualmente tiene forma de triángulo invertido, pero algunas
editoriales no mantienen esa disposición. En él se suele indicar dónde y cuándo
se terminó de imprimir el libro. Muchas veces esta fecha de finalización es
falsa y se hace coincidir con fechas que para el editor son emotivas (el
cumpleaños de su hija, por ejemplo) y en otras ocasiones se hace para que
coincida con alguna efeméride del autor del libro o con aquel del que trata el
mismo. Un ejemplo de esto es el último libro de Jesús Marchamalo, Baroja con
abrigo, publicado por Nórdica. También hay editoriales que incluyen en el
colofón la fuente de letra empleada, y hay otras que incluyen algún mensaje
relacionado con el libro, como es el caso de W.I.T.C.H. publicado por La Felguera.

Una editorial que añade colofones preciosos a sus libros es Almadía (México): en todos hay un dibujito distinto, acorde al tema del libro, e incluyen los detalles de composición tipográfica.
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