
Una primera edición de Baroja con abrigo se publicó en la revista Pasajes, de la Universidad de Valencia. Las ilustraciones de Antonio Santos añaden atractivo al texto de Marchamalo (aunque también cierto patetismo humorístico, es difícil definirlo). Su gusto por la ilustración no es nuevo. Alguno de sus libros ya estaba ilustrado (por ejemplo, las caricaturas de 44 escritores de la literatura universal), y él mismo se encarga de colorear sus libros cuando firma en la Feria del Libro, mientras recuerda que a Pepe Hierro nunca se le olvidaban sus acuarelas cuando firmaba los suyos. Tenemos por aquí cerca un ejemplar de su Cortázar y los libros que es un gustazo abrir de vez en cuando para ver el color de las acuarelas sobre la portadilla del libro.
El texto de Baroja con abrigo relata algunas anécdotas, casi siempre en tono humorístico, del escritor vasco, como la primera vez que se enfrentó a la visión de un muerto, su encontronazo con unos milicianos durante la Guerra Civil, la visita que recibió de Hemingway (quien le regaló unos calcetines y una botella de whisky de malta), el abrigo que le cedió su sobrino y al que él descuidadamente le cortó los bolsillos, el estrambótico tinglado que utilizaba para escribir y la vez que vio a un despeluchado y gordo Oscar Wilde por las calles de París.
Si alguna vez habéis leído algún libro de Marchamalo, este no os defraudará. Si no, es una buena forma de empezar a conocerlo y adentrarse en ese mundo de anécdotas aparentemente banales de escritores, pero que tanto influyen en la forma en la que se enfrentan a la creación de sus obras.

Autor: Jesús Marchamalo
Ilustrador: Antonio Santos
Editorial: Nórdica
Páginas: 40
Precio: 6,60 eur (rústica)
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