miércoles, 18 de diciembre de 2013

Corrígeme si me equivoco


Seguro que alguna vez te habrás encontrado con algún libro plagado de erratas y de incorrecciones gramaticales y habrás pensado en el poco cuidado que ha tenido el editor al publicar ese libro.

Las erratas, por muy cuidadosos que seamos, siempre aparecen. Hay quien llega a obsesionarse con ellas, como Juan Ramón Jiménez, al que le encantaba decir que un día iba a morir de una errata. Pues bien, para evitar que aparezcan o minimizar al menos su aparición, las editoriales contratan a correctores profesionales que son, como su nombre indica, expertos en encontrar errores y proponer las enmiendas correspondientes.

Hoy nos ocuparemos únicamente de la corrección ortotipográfica, que es la relacionada con lo que solemos considerar erratas, que incluyen faltas de ortografía, letras cambiadas de posición, signos de puntuación, uso de las comillas, de la cursiva, etc. La corrección ortotipográfica también se ocupará de la maquetación de los textos, es decir, de aquellos aspectos de la maqueta que puedan afectar a la composición del libro, como son las líneas huérfanas y viudas (esas que quedan aisladas de un párrafo, ya sea al principio o al final de una página), el interlineado de un texto, la composición de los párrafos, los números de página o el espacio entre caracteres. El corrector ha de tener mil ojos y corregir con una atención absoluta. El corrector, por tanto, no lee por placer, lee para encontrar errores, lo cual es mucho más difícil.

Ahora bien ¿cuándo se realiza esta corrección? Si se dispone de un archivo informático con el texto original y con el que se va a trabajar después para corregir el estilo, primero se puede hacer una preedición, es decir, tratar de normalizar el texto para eliminar de forma sencilla muchos de los errores que más habitualmente aparecen, como el uso de comillas inglesas (“”) en lugar de las latinas («»), los dobles espacios, los espacios antes de punto o de coma, etc. Así habremos limpiado el texto sin necesidad de mucho esfuerzo, ya que este tipo de correcciones se pueden realizar de forma sencilla mediante un procesador de textos. Sin embargo, una vez que se ha corregido el estilo de ese texto se pasará a maquetarlo y es ahí donde comienza la corrección de pruebas.

La corrección de pruebas suele hacerse sobre papel y en ella se marcan los errores que se encuentren mediante el uso de un sistema aceptado internacionalmente de marcas de corrección. Las marcas de corrección son más antiguas incluso que la imprenta. Ya las usaban los copistas medievales para corregir los manuscritos. En el siglo XV se estableció el sistema de marcas, que apenas ha cambiado hasta nuestros tiempos.

Lo que se hace es colocar una llamada en la zona del texto donde se encuentre ese error y en uno de los márgenes se vuelve a escribir esa marca y se escribe la corrección. Esas correcciones pueden ser muy variadas: se puede eliminar texto, cambiar una sola letra, unir dos párrafos, cambiar de orden dos palabras, eliminar una tilde… Tantos cambios como se nos ocurran. Lo importante para el corrector es conocer bien las marcas de corrección y, sobre todo, tener muy buen ojo para detectar errores gramaticales, ortotipográficos y de maquetación.

En los últimos años, con la llegada de los soportes digitales, se está generalizando la corrección sobre pantalla. Esta es más complicada porque cansa más la vista y normalmente hay más errores que se pasan por alto. Además, todavía no hay buenas herramientas informáticas que permitan incorporar las marcas de corrección de una forma sencilla. Alguna aplicación como Goodreader las ha incorporado, pero no parece que su uso se haya generalizado en la corrección, y se usan más los sistemas de notas y comentarios mediante el Acrobat Reader.

Por tanto, si encontráis muchos errores en un libro, tened por seguro que no ha pasado por una buena corrección ortotipográfica. Y si veis algún libro sin erratas, estad seguros de que ese sí que ha pasado por una corrección, porque las erratas son omnipresentes.

Como información adicional, si queréis saber cómo son las marcas de corrección y cómo se emplean, le podéis echar un vistazo aquí.

Imágenes tomadas de Toyoutome y Addenda et Corrigenda. El segundo es un magnífico blog de corrección.

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